¡Gracias a la pelota!: ¿Qué pensaba Maradona sobre su propia muerte?

Maradona gambeteó muchas veces a la muerte, dejando colgado en el imaginario el cuadro de un hombre altivo que viviría para siempre; pero lamentablemente, después de 60 vueltas completas sobre la fecha de su fin, la ruleta se detuvo.

Después de verle muchas veces inquieto, demasiado vivo; ahora está detenido, acostado. Arropado y durmiendo para siempre, con los párpados sellados después de una emboscada de su cuerpo que le detuvo el corazón un día ordinario en el que nadie guardaba la sensación de un mal augurio.

Sobre qué dirá la lápida de su tumba, eso lo contestó Maradona en una travesura de la televisión en la que se entrevistó a sí mismo en un performance surrealista de desdoblamiento.

Eso pasó en 2005, durante la primera emisión de su programa de televisión “La noche del Diez”, en donde se respondió: “Gracias a la pelota”, una frase sencilla pero potente que reconoce en el balón el origen de su gloria.

Esa vez también agradeció al deporte que le hizo un ídolo mundial: «Gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, libertad, es como tocar el cielo con las manos”.

 

Volver a nacer

Pero mucho antes de imaginar su propia muerte, en 1992 le preguntaron sobre qué quisiera ser después de esta vida, a lo que contestó: “Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona. Soy un jugador que le ha dado alegría a la gente y con eso me basta y me sobra”.

Por esa alegría que dio, es que muchos ahora le extrañan y le lloran. Con su partida, millones sienten que se les murió parte de la infancia. Otros que si bien no lo vieron jugando, que se fue el testimonio viviente de una era gloriosa del fútbol que no se repetirá jamás.

Sin Diego parece que se terminó la magia y la irreverencia, que se acabó el recuerdo de México 1986 y que se terminó la cancha para seguir corriendo detrás de la pelota para huir de la pobreza y para castigar mil veces a los ingleses.

Después de tanta gloria nos deja su insigne mensaje: «Gracias a la pelota».