Los días siguen pasando y el derrotado, Donald Trump, sigue tercamente aferrado al poder presidencial de los Estados Unidos. El líder republicano no sólo no admite la derrota sino que ha obstaculizado el sistemáticamente el proceso de transición, para que asuma como presidente electo, el demócrata, Joe Biden. Por eso a más de dos semanas el mundo se pregunta si: ¿Goodbye Trump? o ¿Hello Trump?
El magnate norteamericano mantiene su tesis de fraude electoral, pero a más de dos semanas de celebradas las elecciones las denuncias carecen de fundamento. Al menos hasta ahora, no se ha presentado evidencia contundente de irregularidades en el proceso de votación como asegura Trump. No obstante, el dirigente republicano fiel a su estilo patotero y arrogante, mantiene que el triunfo le habría sido birlado, mediante maniobras en el voto por correo y a través del sufragio automatizado.
Pero, como analizan en influyentes medios estadounidenses, hay un factor totalmente fuera de control, que puede obligar a Trump a tener que aceptar su derrota. Esa variable no es otra que el desbordamiento total de la pandemia de covid-19, con más 150 mil contagios diarios en los últimos días y una cifra de fallecidos que tampoco para de crecer, lamentablemente.
Pésima gestión
La tragedia de esta crisis sanitaria tan pesimamente mal gestionada, exige autoridades, sean del signo político que sean. «La mejor democracia del mundo», no puede continuar acéfala, como un barco a la deriva. La covid-19 en su ritmo desbocado pone en vilo al verdadero papá político de ese bagazo que llaman, Juan Guaidó.
Y ciertamente EE.UU. las cifras son para espantarse, el país norteamericano sigue siendo el epicentro indiscutido de la pandemia con 11.498.515 infectados. También encabeza la lista decesos con más de 250 mil.
Por su parte, como reseña Prensa Latina, Biden realiza jornadas de trabajo engalanadas con el escudo y la imagen de formalidad que aporta la «Oficina del Presidente Electo». El demócrata recordó que «a la fecha ha conversado con unos 13 mandatarios mundiales» y mantiene reuniones con expertos para definir su agenda de Gobierno.
«No estoy siendo crítico, sólo estoy evidenciando lo obvio, no puedo recibir informes (de inteligencia) que en una situación normal ya recibiría (…). No hay responsabilidad mayor que proteger a los estadounidenses’, completó Biden. Como se ve «la mejor democracia del mundo» sigue en vilo, pero dando cátedra de coherencia y eficiencia.
