Mientras China y Rusia se articulan para hacer esfuerzos y apoyar a la mayor cantidad de países posibles, Europa y su mal llamada «Unión», se hunden en una «guerra» contra el Coronavirus, donde pareciera que «vale todo», incluso el robo de equipos médicos.
Así ocurrió con Francia, quien valiéndose del «sálvese quien pueda», procedió a «incautar» 4 millones de mascarillas provenientes de China y que tenían como destino Italia y España, las mismas eran trasladadas por una empresa sueca.
«Estamos en guerra»
El presidente francés Emmanuel Macron, ha planteado esta idea en distintos momentos, refiriéndose al combate contra el COVID-19. Valiéndose de su posición geográfica, por donde pasan parte los productos provenientes del «este», camino al «occidente» europeo, decidió mediante decreto: «requisar todo producto necesario en la lucha contra la epidemia».
¿Hermanos, Socios o Competencia?
El «robo» de las 4 millones de mascarillas, trajo como consecuencia un «impasse» diplomático entre Suecia y Francia, pero no fue por la necesidad que tienen España e Italia, sino porque la gigante empresa sueca Mölnycke estaba de por medio y luego de más de dos semanas de discusiones de «alto nivel», se lograron liberar 2 millones de las mascarillas a su destino final, pero Francia «se quedó» con otros 2 millones.
«Ladrón que roba a ladrón»
Aunque están «Unidos» por un organismo multilateral que los obliga a compartir una moneda, un parlamento y hasta un muy útil pasaporte, los europeos cayeron en cuarentena social, literalmente, pues no sólo se ha confinado a la población, sino que los gobiernos confinaron el sentido común, la solidaridad y la «hermandad europea» que tanto pregonan.
En medio de la peor pandemia en la historia, según afirman algunos historiadores y científicos, nos encontramos con que Europa se «pelea» en una «guerra» por los insumos médicos enviados por China:
- La República Checa «robó» mascarillas, respiradores e insumos médicos que iban a Italia.
- Francia «robó» mascarillas que iban a la República Checa, Italia y España.
Europa pelea su propia guerra y no solamente contra el Coronavirus, también lo contra la miseria humana, la competencia impuesta por el capitalismo y contra sus rencores históricos.