Evo regresará a Bolivia justo un año después de haberse ido del país. La fecha es el 11 de noviembre, por lo que no estará para el día de la toma de posesión de Luis Arce.
Su ausencia el 8 de noviembre no se trata de un desaire que insinúa un cisma con su exministro de finanzas y ahora presidente; sino la petición de los principales sindicatos bolivianos, para quienes es más simbólico volver el mismo día en que los golpistas le obligaron a salir al exilio.
Pero a pesar de que la fecha de regresar a Bolivia parece ya definida, todavía hay, como dicen en el fútbol, “el chance” de que vuelva antes.
“Hay compañeros que me piden que vaya a la posesión y estoy muy agradecido. El hermano presidente Alberto Fernández, tan solidario, tan humano, me ha ofrecido llevarme a Bolivia. Tengo invitación a la ceremonia. Todavía los movimientos sociales están debatiendo. Van a decidir ellos”, dijo Morales.
Presencia importante
Todavía hay quienes piensan que sería vital la asistencia de Evo el 8 de noviembre como una forma potente de marcar el regreso de Bolivia a la democracia, y comprobar con ello también que el movimiento popular no se equivocó al decidir en su momento que el exilio del expresidente, además de salvarle la vida, era la manera de salvar también la revolución histórica y cultural.
Este 26 de octubre Evo cumplió 61 años y la ocasión coincidió con la decisión de un tribunal de La Paz de poner fin a la persecución política que ordenó la dictadura de Áñez en su contra.
El régimen de facto le acusaba de supuestamente orquestar maniobras sediciosas y terroristas desde el exterior.
El exmandatario descartó formar parte del nuevo gobierno, y que más bien se dedicará a la actividad sindical y a la piscicultura. Asimismo reveló que se radicará en la región del trópico de Cochabamba, localidad en la que el líder indígena ha sacado históricamente más del 95% de los votos en elecciones.