El concierto mundial político es ambiguo y hasta contradictorio, especialmente por parte de las grandes potencias que tienen el control de la economía. Estados Unidos por ejemplo está a favor del Talibán, pero se niegan a reconocer a Nicolás Maduro como Presidente .
Aunque Maduro es presidente por la vía electoral, los mencionados bloques occidentales prefieren reconocer al talibán que llegó para gobernar por vía de las armas.
Ambas situaciones tienen su explicación. El talibán, que recién asumen el mandato en Afganistán, son claros enemigos de Rusia, cosa no poco importante. Eso hace que a pesar de ciertas diferencias, exista coalición entre la Casa Blanca y el Talibán terrorista.
Entre varios argumentos, es por eso que el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, declaró que “la administración de Joe Biden estaría dispuesta a reconocer la conformación de un gobierno talibán en Afganistán”.
Las razones para no reconocer a Maduro, son similares, pero con su respectiva extrapolación. Maduro fue electo por vía electoral popular, pero no es reconocido por Estados Unidos y la UE. Estas diferencias ideológicas y por ejercer la soberanía económica, al tener en su haber como socios comerciales a los rusos, chinos, e iraníes entre otros, producen el choque.
La geopolítica factor infaltable.
En Afganistán, yace un gran yacimiento de gas, que sirve para importantes funciones energéticas. Entre esas, la extracción de petróleo. Asimismo, geoeconómicamente, tiene una posición importante para ser parte de la construcción de un gasoducto y oleoducto hacia Europa. Estos motivos hacen que la Unión Europea y Estados Unidos estrechen sus manos en calidad de socios corporativos de los talibanes.
Las condiciones en Venezuela, son diferentes para el diálogo y acuerdo de la noche a la mañana como sucedió con los talibanes. Y es que Venezuela, al contrario de los terroristas socio de los norteamericanos, han manifestado no hacer alianzas aceptando todo. Venezuela manifiesta no hacer eso; menos por la vía de la imposición sólo por asegurarse la tranquilidad de permanecer en el poder.
Estados Unidos tiene al Talibán de rodillas, y a su vez tiene cara a cara, y de pie al gobierno de Venezuela. Esto produce, la doble posición, la cual es no solo aceptar un gobierno terrorista; sino que rechaza al gobierno popular y libre de Venezuela.
Pese a toda la presión económica brutal, Venezuela se ha negado a aceptar órdenes como las entrega un jefe a un empleado (Eso ha hecho el talibán). Asunto que para Estados Unidos, es punto de ancla para un posible acuerdo.
