A sólo horas para asumir oficialmente la presidencia de Bolivia, el recién electo Luis Arce, fue víctima de un atentado en la sede del partido Movimiento al Socialismo (MAS), lo que activó las alarmas ante la posibilidad de un nuevo golpe de Estado.
El hecho produjo la reacción de voceros políticos y sociales de distintos países, entre los cuales se suma el embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la Naciones Unidas, Samuel Moncada.
El representante del gobierno venezolano se pronunció, en ese sentido, a través de su cuenta en la red social Twitter. Atribuyó el hecho a grupos fascistas y esgrimió la tesis de un posible nuevo intento de derrocamiento contra el mandatario Luis Arce.
“Grupos fascistas desesperados pasan de la agitación política a violencia terrorista apostando a que algún militar aliado en el golpe de noviembre se atreva a dar un nuevo golpe”, aseveró Moncada.
El funcionario venezolano llamó a defender la paz en Bolivia; al hablar sobre la magnitud de lo que representa el ataque con dinamita contra las instalaciones en las que se encontraba el presidente electo.
Repudio a la violencia
Otros líderes y organizaciones mundiales también fijaron posición en torno a los hechos de violencia perpetrados en Bolivia. Por ejemplo, el Grupo de Puebla, que reúne a representantes progresistas de 15 países exhortó a la protección de la democracia en el Estado Plurinacional.
Por otra parte, desde la República de Cuba el ministro de Relaciones exteriores, Bruno Rodríguez, reivindicó la histórica vitoria del MAS en Bolivia, para recuperar la democracia y dijo que los intentos de estabilización no tendrán éxito.
Igualmente, hicieron lo propio el expresidente ecuatoriano, Rafael Correa Delgado y el excanciller, Eduardo Patiño. Mientas que el exmandatario colombiano, Ernesto Samper expresó que “Bolivia ha sido territorio de paz y no dejará de serlo; por la acción demencial de unos cuantos terroristas derrotados políticamente”.