En México el pueblo pone y el pueblo quita a sus dirigentes | Por: Luis Manuel Arce Isaac

El proceso de revocación de Andrés Manuel López Obrador tuvo una participación menor a 20 millones de personas, pero cumplió su objetivo de otorgar mandato al pueblo en México, estimaron hoy analistas.

Lo importante, como señalara varias veces antes el mandatario, es que quedara plasmado en la constitución ese derecho del pueblo de quitar y poner y que, a partir de ahora, cada ciudadano que asuma el cargo de la máxima magistratura de la nación, pueda ser removido antes de concluir su sexenio si lo decide el soberano.

Es decir, el ejercicio de ayer con el cual por vez primera el pueblo mexicano ejerce la democracia participativa y confirma su poder omnímodo, sentó un precedente constitucional e irreversible.

Allí radica el triunfo de López Obrador de este Domingo de Ramos y no tanto en el hecho, también de suma importancia, de que nueve de cada 10 mexicanos que acudieron a las urnas lo ratificaron como el presidente de la República.

La oposición podrá a partir de ahora, como lo tenía programado, presentar todas las impugnaciones y recursos que desee, pero el hecho jurídico, institucional, político, ideológico, y de masas que reafirma como única disyuntiva práctica la democracia participativa, de que el pueblo es el soberano, les será imposible eliminarla, indican los especialistas.

Coinciden así con análisis de dirigentes del partido oficialista Morena al calificar de una acción de trascendencia histórica del pueblo mexicano que, a pesar de las muy elucubradas maniobras de los adversarios, no pudieron bloquear el proceso.

Que participaran cerca de 20 millones de personas de los 90 millones convocadas, sin que se instalaran más de dos tercios de urnas necesarias, y las 57 mil que habilitaron colocadas en lugares seleccionados para hacer más difícil y confuso el acceso, y se diera en el primer día de la diáspora por Semana Santa, aumenta el significado del éxito.

El bloqueo a ese acto democrático inédito en México, dejó muy mal parados a los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, Revolucionario Democrático y Movimiento Ciudadano, a cuyos líderes les será sumamente difícil remontar la derrota con sus repercusiones futuras hacia las elecciones presidenciales de 2024.

Morena les ha advertido de su fragilidad política e incluso ideológica puesta de manifiesto en hechos de trascendencia para México, como este referendo en pro de la democracia participativa que deberían de defender en lugar de atacar, y de la reforma eléctrica para afianzar la soberanía nacional.

Se sabe, advierten desde el oficialismo, que a partir de hoy mismo comenzarán los ataques por la baja participación de electores.

Pero con ello estarán apretando el nudo a la soga que el propio INE se puso al cuello, y aceleran la decisión de López Obrador de presentar al congreso una iniciativa para la reforma del Poder Judicial, lo cual incluye básicamente a sus órganos electorales.

Si el objetivo del freno que intentaron poner al referendo fue evitar un fortalecimiento de López Obrador, y en particular de su programa de gobierno Cuarta Transformación, fracasaron, y es imposible ocultarlo, indicaron líderes de Morena.

Por el contrario, quienes se debilitaron fueron los dirigentes de esos cuatro partidos a cuyos militantes recomendaron tomar en cuenta lo sucedido ayer y los obliguen a rectificar en su campaña de apoyo a las empresas extranjeras en el tema de la reforma eléctrica y del litio para los mexicanos.

Mario Delgado, presidente de Morena, consideró que este primer ejercicio de democracia participativa que se hace en la historia del país, representa un parteaguas en la vida de México que cuenta a partir de este momento con un nuevo instrumento de rendición de cuentas el cual permitirá cumplir con el postulado de “el pueblo pone, el pueblo quita”.

LUIS MANUEL ARCE ISAAC

Publicado en prensalatina.cu


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