El monopolio de los Mendoza y su gran engaño a la nación

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Empresas Polar inició favorecida por los gobiernos de turno con altas ambiciones de controlar el mercado venezolano. Su presidente actual, Lorenzo Mendoza se convirtió en un protagonista del engaño a la nación, el saboteo y la guerra económica en Venezuela.

En su libro, ‘Radiografía de un país asediado’, William Serafino y Franco Vielma definen que cuando Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar habla de apoyar al “sector privado”, se está refiriendo exactamente a un círculo vicioso.

«El capital extranjero presta dinero (con altísimas tasas de intereses) al parasitismo local para que pueda ampliar la producción e innovar en términos tecnológicos y así provocar una deuda externa privada)», que luego sea pagada por el Estado, destacan lo autores.

Pues así fue como funcionó «la acumulación delictiva de capital» que «no solo generó un espíritu parasitario bien definido en los «empresarios», con el afán de lucro desmedido, hipotecando vorazmente a la nación. La apertura petrolera y la privatización de los sectores estratégicos describen a la perfección el proceso de formación económica y social de los ricos en Venezuela», período del cual formaron parte los multimillonarios Mendoza de quienes hablaremos a en este trabajo.

En el año 1985, el presidente de ese entonces, «Jaime Lusinchi pagó 5 mil millones de dólares al capital extranjero reconociendo la fraudulenta deuda externa privada generada por el parasitaje (anti)venezolano. Cuatro mil millones de dólares más para incentivar nuevamente el saqueo de las inversiones directas», narran Serafino y Vielma. Es decir, a la familia Mendoza, la hizo rica el Estado.

Descedencia parasitaria

Son muchos los Lorenzo, pero todos con la misma ambición. Lorenzo Alejandro Mendoza Fleury y Mercedes Cristina Quintero Muro contrajeron matrimonio el 16 de diciembre de 1925, del cual nacieron sus hijos Juan Lorenzo y Lorenzo Alejandro. Fundaron el oligopolio de la industria jabonera en Venezuela conformado por las marcas “La Torre” y “Las Llaves” y la cervecería Polar en 1941.

Uno de sus hijos, Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero, se graduó de psicólogo en la Universidad de Columbia (1957). Posteriormente viajó a España, donde estudió medicina y se especializó en psiquiatría en la Universidad de Madrid (1958). Ejerció su profesión en el Hospital Provincial de Madrid (1958) y en el Hospital Vargas de Caracas (1959).

En 1960 Mendoza Quintero contrajo matrimonio con Leonor Giménez Pocaterra, de cuya unión nacieron seis hijos. Tras la muerte de su padre y de su hermano Juan Lorenzo, asumió la conducción de la que todos creen es la mayor industria alimentaria y cervecera de Venezuela, la misma que maquina y fabrica a costa de los desfalcos al Estado: Empresas Polar, que inició actividades de distribución en todas las regiones del país en ese momento.

El mismo año salió al mercado la harina P.A.N fabricada por esta misma empresa, Juan Lorenzo Mendoza atribuyó su invención a Polar, pero se habla de que un doctor de nombre Luis Caballero Mejías ya había creado la harina precocida para hacer arepas.

Los Lorenzo mantuvieron relaciones muy cercanas con los actores políticos de entonces, buscando posicionarse y no fue en vano. Por ejemplo, Mendoza Fleury fue embajador ante la ONU.

En 1992, Lorenzo Mendoza Giménez, hijo de Mendoza Quintero asumió la presidencia ejecutiva de Empresas Polar, industria que mantuvo nexos con los gobiernos de la oligarquía a fin de mantener el oligopolio familiar. Pero con la llegada de Hugo Chávez al poder «se empezaron a ver las costuras» de los negocios familiares.

Se le señala de haber participado en el paro petrolero de 2003 junto a otros grupos financieros. Vale acotar que esta acción paralizó la industria y ocasionó graves daños a la economía de la nación, con el fin de ahogar al gobierno del presidente Chávez.

Los millardos de Mendoza

La generación de dinero de Polar pasó de 2 mil 400 millones de dólares a 6 mil 500 millones desde que Mendoza Giménez tomó el poder de la industria familiar. Según la revista Forbes, la fortuna de Mendoza se calculaba en 2.7 millardos de dólares hasta el 2015, ubicándose como uno de los hombres más millonarios de Latinoamérica.

Ese mismo año en que Polar detuvo una planta de envasamiento, luego en abril de 2016 anunció la paralización de dos más de sus plantas por la supuesta falta de materia prima comprada con dólares preferenciales. La pregunta es: ¿6 millones 500 mil dólares en patrimonio personal y sus industrias a la quiebra por «culpa del Estado»?

En el año 2005 fueron expropiados en el estado Barinas los silos de almacenes y depósitos agrícolas de Empresas Polar (bajo el nombre de Promabasa) por incurrir en prácticas de sabotaje y desestabilización económica. Los monumentales almacenes fueron entregados por Lusinchi sin costo alguno para los Mendoza, es decir, se los regalaron.

Después de tantos años siguen dependiendo de las importaciones, pero señalan al gobierno bolivariano por no apoyar la industria, cuando su actividad oligopólica comenzó desde los 40. Solo en 2016, Polar obtuvo casi 2 mil 300 millones de dólares provenientes del Estado para producir, mismo año que esta industria justificó la escasez de productos como la harina, el arroz o el azúcar. Hasta la cebada y lúpulo con que Polar fabrica cervezas son adquiridos con dólares que provee el Estado.

El oso, maltín y P.A.N

Si algo ha sabido hacer muy bien la gerencia de mercadeo es invertir en neuromarketing, son miles de millones los dólares pagados por publicidades y comerciales con métodos norteamericanos que generan tal impacto en la psique del venezolano, que éste termina sintiendo que sin los productos que crea esta empresa no puede vivir o no existe ninguno similar o mejor; es decir, que no tiene competencia. Esa ha sido la estrategia y no la de invertir en materia prima, la que se quedan esperando por el Estado.

Serafino y Vielma manifiestan que «al igual que su padre y abuelo, la “brillantez” e “inventiva” de Lorenzo Mendoza radica en sus objetivos de pocisionamiento de marca, pues proyecta que tanta Harina Pan empaquetada y vendiéndose en comercios es producto de “su esfuerzo” y no de las divisas que le entrega el Estado venezolano».

Polar ha usado hasta la cosificación de la mujer o la vulnerabilidad de un niño para hacerse los puestos número uno en el mercado. Grandes inversiones publicitarias y en patrocinios del deporte y los espectáculos, mientras siguen diciendo que no producen igual cantidad de alimentos porque carecen de divisas. Sin embargo, aún así su ambición pasa por querer preservar control absoluto sobre la oferta.

«La decisión (estratégica) de Empresas Polar dirigida a no propiciar la producción nacional de rubros agrícolas indispensables fue estimulada por el deseo infinito de conseguir ganancias superlativas con el menor esfuerzo posible», puntualizan Serafino y Vielma.

Acaparando, especulando y mintiendo, Mendoza y Polar han sido protagonistas de la guerra económica en Venezuela, que aunque se ha intensificado desde la llegada del presidente Nicolás Maduro al poder en 2013, se hizo visible con Chávez en la presidencia, quien puso en la palestra los verdaderos intereses de esta industria, siempre apoyada por los gobiernos de la oligarquía.

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