La actual dirigencia del Partido Comunista de Venezuela está dilapidando 90 años de gesta de una organización, que sin lugar a dudas ha sido parte fundamental de la historia política de este país y de la lucha internacionalista por la redención de la humanidad. Ante la complejidad en la que nos ha colocado el tren de la historia, dicha dirigencia no ha sabido estar a la altura de las cir- cunstancias. Para quienes iniciamos la formación y militancia política en las filas de la Juventud Comunista, da pena ajena admitirlo, pero hay que decirlo: los hombros de estos compatriotas han sido débiles para soportar el peso de casi un siglo de lucha, de mártires y glorias.
Frente a la compleja situación económica y política que nos ha tocado sobrellevar, particularmente en los últimos ocho años; terriblemente agravada por los efectos de las medidas coercitivas unilate- rales, el bloqueo y la confrontación permanente con una dirigencia opositora a espalda de la gente y del país en general; lo que ha incidido y facilita- do el derrumbe de las grandes conquistas sociales alcanzadas por el pueblo gracias a la Revolución Bolivariana y Socialista; la actitud de los principales dirigentes del PCV, no puede calificarse sino de oportunista y demagógica.
Así las cosas, cuando peligros mayores se cier- nen sobre nuestro pueblo y el llamado de la Patria es como dice Martí: al “recuento y la marcha unida, como la plata en las raíces de los andes”, ciertos dirigentes del PCV, tocados por el gusanillo de la mezquindad, ven en la comprensible molestia de la gente, una oportunidad para cabalgar, y, en un análisis de la realidad política del país, a todas luces errado por lo reactivo y limitado del mismo, enfilan las baterías contra el presidente Nicolás Maduro.
De esta forma, terminan en un laberinto en el que la salida luce inalcanzable, la desesperación cunde y los errores se multiplican; derivando en pugnas internas en donde pareciera que, terminan por imponerse, quienes se muestren más antima- duristas. Sus análisis no responden plenamente a la realidad porque no consideran todas las variables implícitas, amén de no aportar ideas claras para desarrollar una política de cara al pueblo.
Algunos, los más “radicaloides”, porque a radica- les no llegan, pues su manejo de la dialéctica como método de estudio y aproximación a la realidad, es precario; se pierden recitando cual rosario, frases de Marx, Lenin y otros importantes teóricos y di- rigentes, totalmente fuera de contexto. Terminan alejados de la necesidad imperiosa de aportar ideas para la gobernanza del país, el sostenimiento de la paz y el reimpulso económico hacia estándares como los alcanzados por nuestra Revolución, antes que recrudeciera el ataque y se intensificaran las medidas coercitivas, que no han dejado de aplicar desde la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez Frías.
En un laberinto, ayuda mucho mantener la cal- ma y ser lo más reflexivo posible. Por ejemplo, for- mularse preguntas puede ayudar a encontrar respuestas que iluminen la salida. Camaradas del PCV ¿No han sido ustedes gobierno durante 20 años en diferentes niveles del Ejecutivo nacional, regional y municipal? ¿De sus filas no han salido concejales, legisladores, diputados, alcaldes, presidentes de entes públicos, entre otros cargos de gobierno? Si no me falla la mente, han estado en esas instancias, y en muchos casos, por no decir todos, tuvieron gestiones mediocres, que en nada se diferencian a lo que supuestamente y según la opinión de ustedes, caracteriza al PSUV y al presidente Maduro.
Pero bueno, aceptemos, porque mentira no es, que como toda organización, hemos tenido malos militantes en funciones de gobierno; siendo así, ¿Cómo se explica que en su laberíntica locura, la dirigencia del PCV se haya dedicado a reciclar y Al PCV “nadie le quita lo bailado”, pero sin duda, sus dirigentes han perdido el oído musical y el ritmo
postular una cantidad significativa de candidatos y candidatas, que siendo militantes del PSUV, perdieron las elecciones internas? Muchos de ellos y ellas engrosan la lista de funcionarios y malos go- bernantes que, a decir del PCV ha tenido el PSUV. ¿Por qué apoyar candidatos rechazados por las ba- ses del PSUV? ¿Responde eso a una política correc- ta, pensada y diseñada para crecer orgánicamente? ¿O es una estrategia electorera de carácter oportu- nista, dirigida a pescar incautos y gente descontenta con o sin razón?
Más indignante aún fue ver la tarjeta del PCV apoyando candidaturas variopintas, dónde extrañamente coincidieron con partidos tales como el Lápiz de Ecarri y el MAS, totalmente opuestos a las posturas del PSUV, y por supuesto a las planteadas públicamente por la misma APR-PCV.
¡Qué contradicción! Rechazan sin mediar razón alguna, el llamado a la unidad de las fuerzas patrióticas convocado por el presidente Maduro, pero no les tiembla el pulso ni la conciencia para apoyar candidaturas y partidos, que en diferentes opor- tunidades, han coincidido en las diferentes mesas unitarias de la derecha, que tanto daño le han hecho y le hacen al país. Por decencia mínima y dado que suelen demandarla a cada rato a los demás, le deben una explicación a su militancia y al pueblo que dicen representar. La conocemos, sabemos cuál es, pero sería un acto de dignidad política que la admitan públicamente. Ello, tal vez los coloque en posición de comenzar a ver una salida posible del laberinto en el que se encuentran. Esa explicación no es otra que admitir las razones por las cua- les la opción unitaria llamada APR, no logró llegar acuerdos (entre ellos mismos) para definir las can- didaturas en más del 80% de los cargos de elección popular a elegir. ¿Qué paso a lo interno de la APR, que no alcanzaron acuerdos? ¿Qué intereses pri- varon por encima de la valorada e imprescindible unidad que tanto pregonaron y presuntamente era su principal capital político, así como el despren- dimiento que enarbolan y restriegan a los cuatro vientos?
El éxito de la política de un partido se mide: 1) por su nivel de ascendencia en las organizaciones sociales de masas, en la juventud, en los estudian- tes, campesinos, trabajadores. 2) En su éxito en los resultados electorales, lo que permiten, en nuestro caso, mantener el curso de nuestro proceso, con sus aciertos y sus errores en medio de las contradicciones. En ninguno de estos casos, el PCV ha tenido ni el más mínimo nivel de cercanía a una política acertada. Ni dirigen organizaciones de ma- sas, ni ganan elecciones. Esto deja una sola conclusión posible: su política no ha tendido éxito alguno. Están caminando de espalda al pueblo y el choque es inevitable. El mismo pueblo que llaman a organizarse en contra del presidente Maduro, les ha dicho electoralmente que ese no es el camino. Es tiempo de deponer la soberbia camaradas, pregun- tarse por qué cada vez son menos los simpatizantes y militantes del PCV o la gente del pueblo llano que quiere militar en este glorioso partido.
Al PCV “nadie le quita lo bailado”, pero sin duda, sus dirigentes han perdido el oído musical y el ritmo. Es tiempo de sentarse en algún callejón del laberinto y reflexionar. Apuesto a la reserva moral que existe en la militancia de este partido y a la voluntad manifiesta una y otra vez de nuestro presidente Nicolás Maduro Moros, para encontrar caminos de entendimiento en la lucha que debe unirnos y no al contrario. Es hora de revisarse compatriotas; algo están haciendo mal que el pueblo rechaza cualquier propuesta o bandera que levantan.