En la madrugada de este 30 de septiembre murió Quino, el caricaturista argentino creador de Mafalda y otros personajes.
La información la confirmó Daniel Divinsky, el exeditor de sus publicaciones. Y lo hizo con una frase corta que hace antesala a la una gran pérdida: “se murió Quino”, escribió en su cuenta de Twitter.
Seguidamente añadió Divisky que “toda la gente buena en el país (Argentina) y en el mundo, lo llorará”.
Inmediatamente la noticia se viralizó con la velocidad con que solo lo saben hacer las malas noticias, las cuales tienen la muy mala costumbre de la indiscreción y la impaciencia.
El mundialmente conocido como “El Papá de Mafalda” murió a los 88 años, terminando así una larga vida dedicada al oficio de dibujar, y del que solo lo jubiló la muerte.
Como si se tratara de una coincidencia planificada, Quino falleció un día después de que Malfalda cumplió 56 años de su primera publicación.
Su nombre auténtico era Joaquín Salvador Lavado, pero a causa de la amplia saga de Joaquienes, lo apodaron como mundialmente se le sigue conociendo: Quino.
El papá de Mafalda
Desde muy joven sintió la inquietud de dibujar, un oficio que también le venía de familia, ya que su también tío Joaquín era ilustrador.
Años después se dedicó al mundo de la publicidad y fue en ese ámbito en donde concibió al personaje de Mafalda, la cual nació como parte de una campaña de publicidad para una tienda de electrodomésticos.
Afortunadamente para Mafalda, esta campaña nunca prosperó. La niña contestaría consiguió un propósito existencial más útil: agitar las conciencias con sus reflexiones en contra de la guerra, las armas nucleares, en favor de la paz, los derechos de los niños y de la mujer.
La niña no ha pasado de moda
Quino dibujó a Mafalda hasta 1973, pero a pesar de todo ese tiempo su personaje sigue muy vigente, porque desde que la dibujó hasta ahora “el mundo no ha cambiado tanto”.
En 2004 explicó a un diario argentino que el argumento esencial de sus dibujos es la relación entre los débiles y los poderosos: “eso siempre me ha obsesionado”, reconoció.
Sobre esto añadió que siempre le angustió “esa sensación de impotencia que tienen los pobres frente a los ricos, de los mandados frente a los amos”.
Quino, a pesar de que pudo vivir cómodamente sin trabajar en los últimos años de su vida, nunca se jubiló. Confesó que la angustia de abrir el periódico y no encontrar un dibujo suyo, fue una ansiedad mayor que pospuso para siempre el plan de envejecer tranquilamente.
Más allá de Mafalda
Este genial autor también es conocido por sus innumerables piezas donde, con humor, criticó la sociedad y las desigualdades en ella. Quino abordó con astucia y gracia los flagelos que aquejan al mundo, desde su perspectiva incisiva y muchas veces mostró con rudeza, la realidad del otro.
- Mundo Quino (1963) (reeditado en 1998)
- A mí no me grite (1972) (1999)
- Yo que usted… (1973)
- Bien, gracias, ¿y usted? (1976)
- Hombres de bolsillo (1977)
- A la buena mesa (1980)
- Ni arte ni parte (1981)
- Déjenme inventar (1983)
- Quinoterapia (1985)
- Gente en su sitio (1986)
- Sí, cariño (1987)
- Potentes, prepotentes e impotentes (1989)
- Humano se nace (1991)
- Yo no fui (1994)
- Cuentecillos y otras alteraciones (1995) (sólo las ilustraciones; textos de Jorge Timossi)
- ¡Qué mala es la gente! (1996)
- ¡Cuánta bondad! (1999)
- Esto no es todo (recopilación) (2002)
- ¡Qué presente impresentable! (2005)
- La aventura de comer (2007)
- Toda Mafalda (2007)
- ¿Quién anda ahí? (2012)
- Simplemente Quino (2016)
