El presidente Ruso, Vladimir Putin, dejó un mensaje claro a Occidente desde su discurso ante el parlamento local: no confundir la moderación de Moscú con debilidad.
Para los que maniobran operaciones en contra de su país, les dejó dicho que: “los autores de provocaciones que amenacen intereses de la seguridad de Rusia se arrepentirán como no se han arrepentido desde hace mucho tiempo”.
El líder ruso mencionó que Occidente ha desquiciado la normalidad mundial con la rutina de las sanciones. Y que este y otros métodos para imponer la voluntad extranjera “se está convirtiendo en algo mucho más peligroso”.
Putin se refirió a la afición de algunos gobiernos de acusar a Rusia de cualquier cosa, como una especie de deporte o peligrosa debilidad.
Uno de los exponentes más elocuentes de esa rusofobia es el gobierno de Joe Bien en los EE.UU. En el capítulo más reciente, el mandatario acusó a su colega de “asesino” y aprobó sanciones en contra de Moscú por presuntamente haber interferido en las elecciones presidenciales de 2020 a favor de Trump.
Ante la escalada de tensiones de occidente contra Rusia, dejó claro que por cuenta propia establecerán ahora una línea roja en las relaciones con otros países.
Rechazo a la injerencia
Putin también se pronunció en contra de las maniobras violentas de Occidente en terceros países. Destacó que potencias extranjeras han intervenido en planes violentos para derrocar a los gobiernos de Venezuela, Ucrania y Bielorrusia.
“Se puede tener cualquier opinión sobre, por ejemplo, el expresidente de Ucrania Yanukóvich o de Maduro en Venezuela; tener cualquier punto de vista sobre el presidente de Bielorrusia, pero la práctica de organizar golpes de Estado; planes de asesinatos políticos, incluidos los de funcionarios de alto rango, superan todos los límites”, dijo el presidente ruso durante su discurso.
La política exterior de Rusia, en medio del unilateralismo de EE.UU. y Europa, se torna en un contrapeso necesario a la agenda de violencia y guerra financiera de Washington y Bruselas.
La posición de Putin es la expresión civilizada de la necesaria convivencia pacífica entre las naciones, un ideal subvertido durante el repliegue de la hegemonía estadounidense que cada vez está más cuestionada.