El diario El País de España tiene la sospecha de que los efectos de la pandemia en Venezuela han sido más grave de lo que dicen los números oficiales.
El medio confiesa que no tiene las pruebas o las evidencias palpables de un cuadro dramático, pero desliza que “hay indicios para desconfiar”.
Este jueves publicaron un largo trabajo a 2 manos entre los redactores radicados en Caracas y Bogotá. Ahí tratan de explicar “cómo esa sucursal de la pobreza y el autoritarismo” no se están muriendo como los demás.
Aunque parezca increíble, el análisis determina que muy probablemente la propagación del virus esté limitado por un “aliado inesperado”: la pobreza.
El diario explica que cómo los venezolanos son pobres, estos no viajan y por eso “tienen menos contactos y se reduce la propagación del virus”; faltándoles exclamar por tan mala suerte de que la pobreza que debía tumbar a Maduro le está salvando ahora el puesto.
El arte de «maquillar»
El País también sospecha que los contagios y muertos en Venezuela son más, pero que no tienen cómo demostrarlo. Por ello sugieren la hipótesis de un deliberado maquillaje de las estadísticas.
Apenas mencionan al esquema 7 más 7, al que sin decir cómo se llama, lo describen como “sistema de cuarentenas semanales alternas”.
Enfrentados contra su propia narrativa de que Venezuela es la sucursal del desastre, desestiman el despliegue de recursos e inversión para reforzar la salud pública, un sistema que obviamente para El País era “el más robusto de América Latina” antes de la revolución bolivariana.
Para el medio español, Miraflores acomoda los números de la pandemia a su conveniencia, dibujando las coordenadas de una trama casi de realismo mágico en donde el presidente Maduro habría inventado sin querer la fórmula de transformar la realidad borrando números en su despacho.
Así, el presidente desvanecería la evidencia de hospitales repletos como en Europa, cadáveres tirados en las calles como en Guayaquil, pacientes implorando oxígeno como en Manaos y fosas comunes como las de Nueva York.
Respuesta contundente
Tanto derroche de sospecha y de periodismo desencantado por no poder reseñar el panorama de un país devastado por la enfermedad generó el pronunciamiento del canciller de Venezuela.
Ante la sugerencia del medio español de que “La escasa fiabilidad de los datos dificulta el monitoreo de la pandemia” y que “Los expertos temen que lo peor esté por ocurrir”, el canciller les dijo: “No pueden ocultar su frustración por el control del Covid-19 en Venezuela”.
Adicionalmente el jefe de la diplomacia bolivariana les expresó que “Digno de una antología de periodismo necrófilo. El colapso ocurrió en sus países. Tratan de sembrar dudas y reinciden en erráticos pronósticos de caos. Todo un derroche de soberbia editorial ideologizada”.
La historia es al revés
Con lo dicho, el canciller recuerda que ese medio junto con otros pronosticaron al comienzo de la pandemia que Venezuela se convertiría en el foco de la pandemia debido a su insuficiente sistema sanitario para atender el virus, y que en cambio Europa y los EE.UU. lucían como los mejores preparados por contar con un “robusto sistema hospitalario”.
Hoy la realidad revela lo contrario: son EE.UU. y Europa los más abrumados por la enfermedad; y la supuesta virtud de sus “sociedades más cohesionadas” ha mostrado que son una población alienada por la oposición a las cuarentenas, la negación de la pandemia y una oposición suicida a las vacunas, porque en su primitivo imaginario éstas vendrían con nanochips que servirían para un eficiente control de las personas por parte de gobiernos autoritarios.