La debacle del guaidosismo y el próximo desalojo de Donald Trump de la Casa Blanca, para nada hacen suponer que habrá grandes cambios en la política exterior de EE.UU. hacia Venezuela. Sin embargo, ya se dejan ver algunas variaciones. La facción demócrata del anticastrismo mayamero ha presentado un proyecto de ley, supuestamente, para proteger a inmigrantes venezolanos en la tierra del Tío Sam. Simplemente, el colmo de la demagogia.
Esta ha sido siempre una carta de la tolda demócrata, para disimular su política injerencista en distintos países. Por un lado hacen guerras o las promueven subrepticiamente y por otro pretenden presentarse ante la comunidad internacional como magnánimos. Con un supuesto apoyo a la población migrante. Ejemplos patéticos de esta hipócrita política lo constituyen Sudán, Haití, Nicaragua, El Salvador y por supuesto Cuba, entre muchos otros.
Guaidó descalabrado
Seguramente, por eso ahora, con el descalabro definitivo de Guaidó sale a la palestra nuevamente este tema. Tres congresistas de Estados Unidos, dos de ellos conspicuos exponentes del rancio anticastrismo mayamero, presentaron un polémico proyecto de ley. Con este instrumento legal pretenden otorgar al programa migratorio un Estatuto de Protección Temporal (TPS). Así buscarían beneficiar a un grupo de inmigrantes venezolanos que ya se encuentran en suelo norteamericano.
Este TPS fue seriamente vetado por Trump. Pero el actual presidente electo, Joe Biden, lo convirtió en bandera de su campaña presidencial. Con la propuesta se lograría «salvar de la deportación a unos 200 mil ciudadanos venezolanos en Estados Unidos». Esto explican los promotores de la normativa, los demócratas Darren Soto y Debbie Wasserman Schultz, al igual que el republicano Mario Díaz-Balart.
Bloqueo criminal
Los congresistas señalan al gobierno constitucional del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de atentar contra la institucionalidad y la seguridad alimentaria en Venezuela. La temeraria afirmación, para nada menciona que el grueso de las calamidades económicas en el país, son producto directo del criminal bloqueo financiero aplicado contra Venezuela.
Asimismo, es evidente que con esta política, Biden busca consolidar su apoyo en la comunidad latina del decisivo estado de la Florida. Una región que se ha convertido en el bastión del conservadurismo más recalcitrante. Allí hacen vida las fuerzas más reaccionarias del anticastrismo cubano. Y este grupo se ha visto acrecentado con el flujo de muchos extremistas de Venezuela que han buscado «refugio» en Miami.
