El Barcelona presentó su renuncia al top del fútbol mundial en cuanto a clubes se refiere. Los blaugranas mostraron todas sus deficiencias al desplomarse sin resistencia ante el Bayern de Múnich en la presente Champions League y quedar eliminados en la fase de grupos.
El equipo alemán empujó hacia afuera al Barça del mayor torneo continental con un 3-0 que pudo ser más. Los de Xavi Hernández se mostraron como un felino salvaje africano ya viejo y cansado, con fatiga de ir tras una presa.
El Barça se encuentra en una etapa en la que tiene jóvenes que le faltan muchos partidos para estar a la altura de enfrentar a equipos grandes. Al mismo tiempo, hay otros jugadores, que ya están con partidos de más sobre sus piernas.
La tarea ya lucía más allá con lo que se cuenta para realizarla (por no decir imposible). Se trataba de ganar donde nunca antes ni en su mejor versión había ganado: en Múnich. El juego puso al Barcelona en donde ha estado en los últimos 6 años: viendo la final de la Liga de Campeones desde casa.
Xavi Hernández fiel al estilo.
Contra todo pronóstico, el equipo de Xavi volvió a proponer un esquema valiente en el que quiso jugar en el terreno alemán, presionando al Bayern, que para desgracia de los blaugrana, no se pudo aprovechar las bajas y mermas en varios jugadores del equipo rojo.
Los últimos 20 minutos podían hacerse interminables para los catalanes, pero el DT del Múnich sacó al campo a sus novatos y terminó jugando con un equipo de juveniles ante unos más jovencitos que ellos.
Al final, un doloroso 3-0 fue el resultado que pudo ser hasta la manito (5-0), dejando a una era histórica en el fútbol de clubes en el sepulcro. El único camino del Barcelona FC, es la reestructuración que a futuro le dé a sus hinchas más momentos de pasión y alegrías.
