32 años después de los sucesos del Caracazo, aquella jornada sigue impresionando a Venezuela. Parece increíble que el país estallara espontáneamente para romper con el mito de ser un pueblo manso al que se le había olvidado pelear.
Eran los tiempos en que el sistema político venezolano gozaba de muy buena prensa pero muy mala opinión del pueblo. El puntofijismo era sobado como un ejemplo en el continente y halagado como el alumno más sobresaliente en el salón de la democracia.
Pero aquel mito de 30 años se vino abajo en 3 días. El Caracazo despertó al pueblo e hirió de muerte al sistema en lo que el presidente Nicolás Maduro llamó este sábado “como la primera rebelión popular en el mundo contra el neoliberalismo y el Fondo Monetario Internacional”.
Una experiencia que eriza la piel
Mientras el mandatario reflexionaba esto, el auditorio del Teatro Teresa Carreño gritaba la consigna que ha animado todas las luchas sociales en todos los tiempos y que nos sigue impresionando: “El pueblo unido jamás será vencido”.
El presidente reconoció que “ustedes gritan esa consigna y a mí se me especula el cuerpo. ¿Ustedes saben por qué? Porque esa era la consigna del pueblo que por millones estaba en la calle” el 27 de febrero de 1989.
Durante la jornada habló el fotógrafo Francisco Solórzano, conocido como Frasso, quien “dejó quizás uno de los testimonios más importantes que quedó para siempre en aquella época en que no había redes sociales”, expresó el mandatario Nicolás Maduro.
Frasso repasó su experiencia con la cámara ese día; e internalizó ya muchos años después que con aquel lente en Caracas contribuyó a retratar el quiebre histórico de un sistema político en decadencia.
El fotógrafo recordó que todavía quedan verdugos del pueblo en la impunidad, reflexión que acompañó el presidente Maduro para solicitar a la Fiscalía “desempolvar los casos del Caracazo para que se haga justicia”.
