¿EE.UU. detrás de la explosión del oleoducto Nord Stream?

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Este miércoles, en su blog personal, el reconocido reportero y ganador del premio Pulitzer, Seymour Hersh, publicó un inquietante artículo, donde revela detalles de «Cómo Estados Unidos eliminó el oleoducto Nord Stream»

«El New York Times lo llamó un ‘misterio’; pero la verdad es que Estados Unidos ejecutó una operación marítima encubierta que se mantuvo en secreto, hasta ahora», dijo Hersh. 

Hersh detalla en su artículo que según una fuente ligada a la operación; en junio pasado, «buzos de la Marina que operaban bajo la cobertura de los ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN, colocaron los explosivos activados de forma remota que, 3 meses después, destruyeron 3 de los 4 oleoductos Nord Stream«.

A pesar de que los gasoductos, por más de 2 décadas habían proporcionando a Alemania y gran parte de Europa occidental gas natural ruso barato; con la guerra entre Ucrania y Rusia, «el presidente Joseph Biden vio los oleoductos como un vehículo para que Vladimir Putin usara el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales».

Sin embargo y como era de esperarse, la Casa Blanca negó dichas acciones y las catalogó como: «una ficción falsa y completa». Mientras que, el portavoz de la Agencia Central de Inteligencia, Tammy Thorp, las calificó como: «Esta afirmación es total y absolutamente falsa».

Saboteo

Según el periodista, Biden decidió sabotear los oleoductos después de 9 meses de reuniones «altamente secretas» con el equipo de seguridad nacional de Washington; donde estudiaron la mejor manera de lograr dicho objetivo.

«Durante gran parte de ese tiempo, el problema no era si llevar a cabo la misión, sino cómo lograrla sin dejar pruebas evidentes de quién era el responsable», aseguró Hersh.

Teniendo en cuenta que las explosiones ocurrieron en medio de las hostilidades entre Moscú y Kiev, cualquier «acción que pudiera atribuirse a la Administración violaría las promesas de EE.UU. de minimizar el conflicto directo con Rusia; por lo que mantener esta operación en secreto era esencial».

Nord Stream una amenaza 

El periodista aseguró que tanto Washington como sus socios antirrusos de la OTAN vieron a Nord Stream como una «amenaza» para el dominio occidental, por sus enormes ganancias. 

«Los temores políticos de Estados Unidos eran reales: Putin ahora tendría una importante fuente de ingresos adicional y muy necesaria, y Alemania y el resto de Europa occidental se volverían adictos al gas natural de bajo costo suministrado por Rusia; al tiempo que disminuiría la dependencia europea de Estados Unidos», mencionó.

Agregó que para la OTAN y Washington, Nord Stream 1 era «lo suficientemente peligroso», por la cantidad de gas barato de producía; por lo que las tensiones aumentaban constantemente entre Rusia y la OTAN, respaldadas por la política exterior agresiva de la Administración Biden.

Sin duda, Washington temía que países como Alemania fueran reacios a suministrar a Ucrania el dinero y las armas que necesitaba para derrotar a Rusia.

EE.UU. se lava las manos 

Inmediatamente, después del ataque a las oleoductos, los medios estadounidenses lo trataron como un misterio sin resolver.

Sin embargo, Rusia fue repetidamente citada como probable culpable, alentada por filtraciones calculadas de la Casa Blanca, pero sin nunca establecer un motivo claro para tal acto de autosabotaje.

Si bien nunca estuvo claro por qué Rusia buscaría destruir su propio oleoducto lucrativo, una justificación más reveladora para la acción del presidente provino del secretario de Estado Blinken, quien manifestó:

“Es una gran oportunidad para eliminar de una vez por todas la dependencia de la energía rusa y, por lo tanto, quitarle a Vladimir Putin el uso de armas como medio para avanzar en sus diseños imperiales».

Detonante 

Con la ayuda de Noruega, los estadounidenses buscaron la manera de detonar de forma remota los explosivos C4. Por tal motivo, no había forma de que el equipo en Noruega supiera cuándo el presidente Biden podría presionar el botón.

Según la fuente el C4 que estaría conectado a las tuberías sería activado por una boya de sonar lanzada por un avión con poca antelación.

El 26 de septiembre de 2022, un avión de vigilancia P8 de la Armada de Noruega realizó un vuelo aparentemente de rutina y dejó caer una boya de sonar. La señal se extendió bajo el agua, inicialmente a Nord Stream 2 y luego a Nord Stream 1.

Unas horas más tarde, se activaron los explosivos C4 de alta potencia y 3 de las 4 tuberías quedaron fuera de servicio. En unos pocos minutos, los charcos de gas metano que permanecían en las tuberías cerradas se podían ver extendiéndose en la superficie del agua y el mundo se enteró de que algo irreversible había sucedido.

 

 


 

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