Más allá de conocer el curriculum vitae del recién llegado a las tendencias de los laboratorios que maneja la oposición para hacer creer que existe una unidad entre todos los actores que adversan al proceso revolucionario que tiene Venezuela, la verdad es que de Edmundo González se conoce muy poco, por lo que la incertidumbre pudiera ser su apellido.
Un total desconocido para aquellos que, en la acera antichavista, permanecen expectantes para conocer y reconocer los rostros de los que se suponen irán de contrincantes contra el presidente Maduro en las venideras elecciones del 28 de julio.
Hasta ahora, lo que puede encontrarse es un currículo recién desmpolvado que comenzó a rodar ante la incertidumbre de sus mismas filas sobre quién será ahora el nuevo figurín de la PUD. Todo esto, ante un escenario donde descartaron, en menos de una semana, a varios personajes y subieron y bajaron del podio a varios rostros sin afinidad alguna y sin propuestas aparentes.
A pocos meses de que arranque la fiesta democrática en el país, poco o nada se sabe sobre este exdiplomático que asumirá la bandera de la oposición o de la mayoría de sus partidos y organizaciones políticas que aceptaron meterse al carril de la paz y de la confianza al ente electoral para dejar en manos del pueblo elegir su propio futuro.
pero ¿Quién es?
Su vida política se traduce a un par de experiencias como embajador en Argentina y Argelia y sus estudios como internacionalista. De resto, su participación en el golpe de Estado de abril de 2002 avalando los abusos ocurridos en esa fecha contra la Constitución y el gobierno democráticamente electo de Hugo Chávez, lo marcaron para siempre como un traidor a la Patria.
Más recientemente, se develó un audio donde hizo gala de la misoginia, el clasismo y el racismo que lleva muy adentro y sobre el cual se enfrentarán aquellos que pretendan apoyarlo en estas elecciones presidenciales.
Hasta ahora, no ha propuesto ni un solo punto en un plan de gobierno, no existe registro de sus ideas para una gestión gubernamental, ni en quién confiará para hacer equipo de ministros ni de asociaciones a futuro.
Su residencia también es incierta, de hecho, no ha dado rueda de prensa en el país. “El candidato ‘tapa’ se convirtió en un fenómeno nacional sin decir una palabra”, esgrimieron en las redes sociales, donde se debaten sobre cuál es su dirección de domicilio.
