El gobierno de Lenin Moreno en Ecuador, nacido como resultado de la traición al proyecto político de la Revolución Ciudadana; dejó resultados terribles para la sociedad, haciendo retroceder los logros alcanzados por dicho proyecto. En esta medida, el panorama es complejo para quien asuma la presidencia de la República.
Recortes en gastos sociales, privatizaciones y corrupción descarada se fueron acumulando hasta hacer emerger la protesta social masiva en octubre de 2019; frente a los acuerdos firmados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La economía ecuatoriana, que mostraba uno de los mejores resultados de América Latina, sufrió en el 2020 una contracción del -9%; sumando la caída en los precios del petróleo a nivel mundial desde el 2014, siendo el principal ingreso económico del país.
Asimismo, Moreno deja la presidencia con una deuda pública de 70% y un déficit fiscal del 8%. Igualmente, la Organización de Naciones Unidas (ONU) afirmó que la pobreza en Ecuador se incrementó hasta un 38% y la pobreza extrema hasta un 20%.
La atención a la pandemia, un capítulo especial
Si bien la pandemia del covid-19, ha sido terrible para la humanidad; en el caso de Ecuador, cruza niveles de tragedia extrema que se dibujaron en las calles de Guayaquil principalmente; con muertes masivas y desprecio total por la vida de parte del gobierno de Lenín Moreno.
La historia no queda en la inversión celebrada por Moreno para construir fosas comunes, cuerpos sin identificar, muertes constantes en las calles por insuficiencia respiratoria y falsas cifras oficiales.
Además, fue descubierta una trama de corrupción tejida alrededor de esta situación, en la que se maquillaron informes y se aumentaron cifras para el enriquecimiento de una dirigencia corrupta de Ecuador, apoyada ahora por uno de los traidores más grandes de la historia de Latinoamérica.
Elecciones en medio de golpes de Estado en América Latina
El panorama en Ecuador luce alentador con los primeros resultados electorales. Sin embargo, una serie de hechos amenaza con algunos escenarios: el desconocimiento de los resultados electorales y la aplicación de la misma carta usada contra Bolivia, cuando se robaron las elecciones que dieron victoria a Evo Morales.
Ante este contexto, los movimientos sociales y gobiernos progresistas de América Latina y el mundo deben permanecer en alerta para afrontar cualquier situación que se presente y hacer respetar la voluntad del pueblo ecuatoriano.
Con la victoria de Arauz, se avanzará un paso más hacia el reverdecer de América Latina, cuyo amanecer del siglo XXI es esperanza en los albores de una nueva historia capaz de construir en colectivo proyectos de emancipación, solidaridad y justicia social.