La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por su sigla en inglés) y la compañía farmacéutica Pfizer, están bajo la lupa de la comunidad científica internacional. Este Martes salieron a relucir documentos clasificados sobre la efectividad de la vacuna anti covid-19 y sus efectos adversos contra la salud.
Los documentos desclasificados este 1 de diciembre, eran parte de una cláusula de confidencialidad que expiraba en el año 2076 e indicaban los casos reportados de efectos adversos en los 3 primeros meses de vacunación (dic 2020-feb 2021) los cuales produjeron 1.223 muertes sobre 42.086 casos.
Se trata de un informe compuesto por más de 300 mil documentos, donde la compañía farmacéutica afirma que “la revisión de los datos disponibles para esta experiencia acumulada confirma un beneficio favorable», a pesar de tener casi un 3% de muertes en 3 meses y datos desconocidos.
Está filtración además de poner en riesgo a millones de personas, coloca en entredicho el prestigio de Pfizer; empresa que capitalizó el mercado de vacunas en Europa y EE.UU. sin ningún tipo de trabas. En contraste con las vacunas rusas y chinas que, a pesar de contar con los estándares, no fueron autorizadas.
Mientras tanto, la OTAN figura como cómplice de este crimen contra la salud pública, por otorgar sin ningún tipo de rigor científico, el premio del think-tank de la OTAN, Atlantic Council, al CEO de Pfizer; por su contribución al combate de la pandemia.