A pocos días de la implementación del nuevo sistema de distribución de gasolina, aparecen nuevos retos para el gobierno de Nicolás Maduro y el pueblo de Venezuela. La llegada de los cinco buques iraníes y la victoria parcial que estos representaron en términos geopolíticos, dependen de diversos factores para sellarse definitivamente.
17 meses de recrudecimiento de presiones políticas y diplomáticas se suman a los años de subsidios universales injustificados que promovieron el contrabando; la inflación inducida tras una cruenta guerra económica, el ataque sistemático a la industria petrolera, principal fuente de ingresos de la nación y el actual bloqueo. Elementos que hacen que el desarrollo de la política interna requiera de esfuerzos extra para mantener estabilidad.
Obstáculos y viejas mañas
El contrabando de extracción implantado en la frontera con Colombia, solo en el año 2018, representó una pérdida para la nación de $18 mil millones y 34 millones de litros de combustible. Esta modalidad de robo era, hasta hace un año, la máxima preocupación de la autoridades respecto a la gasolina.
El ataque a la industria petrolera que en lo concreto impide la importación de gasolina, aditivos y componentes para la producción, trajo como consecuencia la regulación en la venta de combustible y priorización de actividades y sectores. Escenario propicio para que la mafias mutaran sus métodos, acaparando y vendiendo en dólares la gasolina subsidia, en el propio territorio venezolano.
El nuevo modelo
Aunque muchos insisten en hablar de aumento, la realidad es que se trata del cobro por un producto que hasta hace poco era gratis. La cuestión es que no se trata de cualquier cosa, sino de (literalmente) el combustible de la nación, garantía del desarrollo de las actividades productivas y por ende del bienestar social.
Los 3 vértices, dicho por el propio presidente Nicolás Maduro y ratificado por el ministro de petróleo, Tareck El Aissami, buscan «favorecer a las grandes mayorías», garantizando combustible subsidiado para todos los venezolanos, trato preferencial a los transportistas para mantener los precios de otros servicios y productos; y el suministro garantizado por el sector privado a precio internacional, para cubrir los excesos y satisfacer la demanda de quienes estén dispuestos a pagar.
Con esta decisión el gobierno venezolano sincera la situación respecto a su capacidades de cubrir el 100% del mercado, en medio de un bloqueo sin precedentes; además de generar una fuente de ingreso que en medio de crisis es un salvavidas.
Retos
Varios usuarios de redes sociales han denunciado irregularidades en el nuevo sistema de distribución de gasolina, asociadas en su mayoría a casos aislados de corrupción de funcionarios y encargados de estaciones de servicios, quienes retrasan las colas y sustraen combustible, aprovechando la alta demanda, para vender a precios exorbitantes.
Sin embargo, aún es muy temprano para sacar conclusiones sobre el éxito de la medida. Es evidente que se trata de un sistema novedoso que viene a romper años de anarquía. Además resulta de avanzada, no solo porque es automatizado, sino porque en cierto modo apela, aunque existe un sistema de control, a la conciencia de los operarios, dueños de estaciones (en el caso de las no subsidiadas) y los usuarios, dadas las brechas entre los precios de una u otra modalidad.
Por otro lado, está la necesidad acumulada. Tras varios meses de poca oferta, largas colas y mafias enquistadas, era previsible un disparo en la demanda con la llegada de nuevas garantías en la distribución de gasolina.
El presidente Nicolás Maduro fue enfático en su balance del primer día de aplicación, cuando dijo «los quiero presos», refriéndose a los funcionarios y ciudadanos corruptos, aunque el éxito depende en gran medida de la capacidad de producción e importación de combustible para cubrir la demanda nacional. En esta etapa el reto mayor sigue siendo la superación de los vicios del pasado, cuyo impacto podría opacar el gran esfuerzo hecho durante estos últimos meses; lo cual no es solo una responsabilidad del Estado sino de todos los venezolanos comprometidos con la estabilidad y la paz de la nación.