La dictadura de Jeanine Añez tiene los días contados. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia anunció este viernes que las elecciones generales tendrán lugar finalmente el 6 de septiembre de este año, luego de que las previstas para el 3 de mayo fuesen aplazadas por la pandemia del covid-19.
Esta será la oportunidad de acabar con el gobierno de facto instalado tras el golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019 contra el presidente Evo Morales, a pesar de que éste resultó ganador en los comicios del 20 de octubre con 47.07%, superando por 10.56 puntos porcentuales al opositor Carlos Meza (36.51%), lo que le dio la victoria en primera vuelta. Pero más tarde se consumó la conspiración.
Desde aquella fecha confluyeron de manera perversa la Organización de Estados Americanos (OEA), que fue invitada por Morales para que observara el proceso y después de manera irresponsable y anticipadamente una comisión y el secretario general Luis Almagro tergiversaron los datos para acelerar el complot entre la oligarquía, la élite de la policía y las Fuerzas Armadas y la embajada de Estados Unidos, quienes se combinaron para contravenir el mandato popular y usar la única arma disponible para acabar con la revolución y el Estado Plurinacional en Bolivia. Un golpe a la democracia que durante 14 años garantizó la mayor inversión social de la historia boliviana, obras públicas, reivindicaciones a las naciones indígenas (que representan más del 70% del país), estabilidad y fortaleza económica, institucional y política.
Mismos candidatos y distanciamiento social
El TSE anunció que ya las candidaturas están cerradas y solo podrán participar los partidos políticos que ya inscribieron a sus representantes. «Respetando la preclusión de las etapas cumplidas y ampliando los plazos necesarios para garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos, se desarrollarán las campañas y elecciones generales», apuntó la vocería oficial.
También advirtieron que serán respetados todos los elementos de bioseguridad en los actos de campaña y en las elecciones directamente para prevenir contagios por coronavirus.
A retomar democracia
La ley electoral de Bolivia establece que para proclamar a un ganador debe obtener más del 50% de los votos o 40% y una diferencia de 10 puntos ante su más cercano contrincante. Tal cual lo cumplió la candidatura del primer presidente indígena de ese país, pero fue derrocado de manera criminal, desatando luego una persecución genocida contra sus simpatizantes, que ahora tendrán una opción dorada para con Luis Arce y David Choquehuanca retomar el camino revolucionario y democrático.
Una posible segunda vuelta se celebraría el 18 de octubre y entre el 16 y 30 de noviembre asumiría el nuevo gobierno, que remplazaría a la dictadura impuesta por Jeanine Áñez, senadora que amañando la carta magna y apoyada por la conspiración golpista asumió de manera ilegal la primera magistratura.
MAS se ve ganador
El Movimiento al Socialismo (MAS) está liderando las encuestas con la dupla Luis Arce – David Choquehuanca, que combina dos grupos sociales muy importantes en Bolivia: obreros e indígenas. Todo apunta hacia que está muy cerca el fin del régimen de facto, que en poco tiempo ha perseguido líderes, incluyendo al presidente Morales, encarcelado a políticos, masacrado a manifestantes, privatizado empresas, entregado recursos estratégicos y protagonizado escándalos de corrupción.