Las fracturas y divisiones entre los diversos grupos de la derecha venezolana se acentuaron esta semana con el respaldo que diputados y diputadas de la oposición le dieron al proceso de designación para los nuevos magistrados y magistradas del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que adelanta la Asamblea Nacional.
Por esa razón, el exdiputado Juan Guaidó también evidenció el resquebrajamiento entre las facciones contrarrevolucionarias, en declaraciones que ofreció a medios de comunicación; para criticar a sus «aliados» derechistas por sumarse al cumplimiento del mandato constitucional en torno al sistema judicial.
En una entrevista que concedió el autoproclamado presidente interino» de Venezuela al portal informativo La prensa de Lara, aseveró que «quienes negocian a espaldas nuevo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no son de oposición». De esa forma, marcó distancia de los factores políticos con los cuales deberían establecer la unidad.
Por otra parte, el dirigente de extrema derecha se refirió a su deseo porque se constituya un tribunal «imparcial, independiente y oportuno». Pero al mismo tiempo repitió su discurso parcializado sobre lo que considera debe ser un proceso electoral; supuestamente libre, pero que está bajo los lineamientos del gobierno de Estados Unidos.
Cada quien por su lado
Desde las elecciones parlamentarias de 2020, la oposición nacional cayó en un proceso acelerado de profundización de divisiones internas; que se acentuaron tras la instalación de la nueva Asamblea Nacional y luego con los comicios regionales y locales de 2021.
Por otra parte, también el propio Juan Guaidó ha recibido fuertes críticas desde otros grupos de extrema derecha, por su empeño en perpetuar el autodenominado «interinato», así como por su responsabilidad en el robo de activos de la nación en el extranjero, como ocurrió con los casos Monómeros y CITGO.
Otro motivo para más fracturas entre factores de oposición lo constituye el proceso de diálogo que mantienen algunas organizaciones con el Gobierno Bolivariano. Inclusive, hace pocas semanas el propio mandatario estadounidense Joe Biden; envió una delegación que conversó con el presidente Nicolás Maduro, sin avisarle siquiera a su «aliado» y protegido Juan Guaidó.