Después de la intervención del presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, en la cuadragésima sexta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), demostrando que es reconocido ampliamente por la máxima instancia multilateral del mundo, algunos voceros de la derecha elevaron fuertes críticas a la institución y a los sectores opositores por su accionar estéril, que quedaron picados y sin rumbo.
Además, el dignatario fue enfático en reivindicar el informe de la relatora Alena Douhan que pide levantar las sanciones y bloqueos.
Luego de ese discurso cargado de verdades que durante 10 minutos expresó al planeta, de despertó el odio opositor. Del mismo modo, surgió un debate entre los que culpan a los seguidores de Juan Guaidó y lo que ya no siguen su farsa.
«Que Maduro participe en el Consejo de DDHH de la ONU no habla bien de Maduro, pero sí habla muy mal de Naciones Unidas. Que nuestra voz se escuche! Únete a los miles que exigimos la remoción de la delegación del régimen ante la ONU«, escribió notablemente frustrada María Corina Machado.
Que Maduro participe en el Consejo de DDHH de la ONU no habla bien de Maduro,pero sí habla muy mal de Naciones Unidas.
Que nuestra voz se escuche! Únete a los miles que exigimos la remoción de la delegación del régimen ante la ONUFirma https://t.co/5oywmM3NtM@expelmaduro_un pic.twitter.com/cCEQDUSpWW
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) February 22, 2021
Despertados y desubicados
Otro de los que levantó la voz para condenar sin argumentos fue el senador estadounidense Rick Scott, en nombre de la hegemonía gringa.
«Resulta hipócrita por parte del Consejo de los Derechos Humanos que permita la participación de Nicolás Maduro en su asamblea anual«, fustigó.
Pero el dolor fue devastador para quienes han pretendido vender la matriz de que Venezuela es una dictadura.
Del mismo modo, quedaron desnudos y sin rumbo al ver en la máxima tribuna internacional a Maduro y no a quien impone Estados Unidos.
Mentira agónica
Asimismo, cada día es una agonía para Guaidó y compañía porque se quedan sin argumentos para justificar su farsa.
Mientras los opositores respiran por la herida mortal y siguen entrampados en sus manipulaciones, Maduro es reconocido por el mundo. Aquella payasada risible pero peligrosa de presidente interino ilegal reconocido por 50 países ya es una triste historia criminal.
El dignatario Maduro ha participado en diversos foros multilaterales que enaltecen su investidura como jefe de Estado.