El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció la víspera el traslado a los alrededores de la ciudad de Washington D.C. unos 1.600 soldados para que este contingente se sume a la fuerza policial ya en las calles, responsable de contener protestas sociales que, por octavo día consecutivo, se desarrollan en repudio al asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd.
En un comunicado el portavoz del Pentágono, Jonathan Rath Hoffman precisó: «Elementos del servicio activo se despliegan en las bases militares en la región de la capital nacional, pero no en Washington D.C.».
No obstante, añadió que aunque las tropas están en «estado de alerta mayor, no participan en el apoyo de defensa a las operaciones de la autoridad civil».
El despliegue de las tropas ocurre un día después, de que el presidente Donald Trump advirtiera que utilizaría las fuerzas armadas para reprimir las protestas contra el racismo.
Asimismo, Trump invocó la Ley de Insurrección de 1807, una ley federal que le permite desplegar tropas en el territorio estadounidense para reprimir las manifestaciones del pueblo estadounidense.
Sin embargo, el secretario de Defensa, Mark Esper, aseguró este 3 de junio que está en desacuerdo con Trump y es contrario a la invocación de la Ley de Insurrección para desplegar fuerzas de servicio activo para reprimir los disturbios civiles.
Esper en declaraciones a los periodistas dijo que las tropas en servicio activo deberían usarse «solo en las situaciones más urgentes y extremas (…) No estamos en una de esas situaciones ahora», agregó.
Además, el secretario criticó enérgicamente las acciones de la Policía de Minneapolis y calificó de «crimen horrible» el asesinato de George Floyd, informó la agencia AP.
En ese sentido, según informaron medios internacionales, Esper ordenó enviar a casa a unos 200 militares en servicio activo, que de momento están desplegados en Washington D.C. para reprimir manifestaciones masivas en rechazo del asesinato del afroestadounidense George Floyd, el pasado 25 de mayo. No obstante, tras una reunión en la Casa Blanca y discusiones en el Pentágono, Esper revocó tal decisión, porque «estamos en una situación dinámica». Todo apunta que la furia histórica del pueblo está tocando las estructuras de la institucionalidad supremacista y clasista de Estados Unidos.
