En medio de una de las peores crisis económicas en la historia de Estados Unidos, su presidente, Joe Biden, para combatir la inflación histórica y desmedida; luego de imponer sanciones económicas a Rusia, solicitó al Congreso aprobar una suspensión de tres meses del impuesto federal sobre la gasolina para dar un alivio a los consumidores.
El presidente estadounidense Joe Biden instó a los estados a suspender temporalmente los impuestos sobre el combustible y prometió desafiar a las principales compañías petroleras a que aporten ideas sobre cómo recuperar la capacidad de refinado inactiva.
«Podemos bajar el precio de la gasolina y dar a las familias un poco de alivio»; comentó Biden en un discurso en la Casa Blanca.
Biden y sus asesores intentan desde hace meses encontrar una solución al aumento de los precios de la gasolina; ya que han hecho bajar los índices de popularidad del presidente y entorpecen las intenciones de los demócratas de conservar el poder en el Congreso en las elecciones de noviembre.
La suspensión del impuesto federal sobre la gasolina de 18,4 centavos por galón y del impuesto sobre el diésel de 24,4 centavos requeriría la aprobación del Congreso; por lo que la propuesta de Biden tiene un sentido simbólico.
Preocupación del Congreso
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, teme que la medida tenga un efecto limitado sobre los precios si las compañías petroleras y los minoristas se embolsan gran parte del ahorro.
La medida costaría al Fondo Fiduciario de Carreteras unos 10 mil millones de dólares en ingresos no percibidos, pero que podría compensarse con otras áreas de un presupuesto donde los ingresos están creciendo y reducirse los déficits a medida que Estados Unidos sale de la pandemia.
Ante la crisis actual, los esfuerzos anteriores de Biden para reducir los precios de la gasolina, como la liberación de petróleo de la reserva estratégica de EE.UU.; y una mayor mezcla de etanol este verano no hicieron mucho para recortar los precios en el surtidor.
«Estoy haciendo mi parte. Quiero que el Congreso, los estados y la industria hagan también su parte»; aseguró el presidente.
Los críticos de la medida advierten que podría representar una disminución del gasto en carreteras, puentes y otras infraestructuras que son el sello de la presidencia de Biden. Pero la Casa Blanca dice que el dinero podría ser transferido de otras cuentas del gobierno; y que la infraestructura sigue siendo una prioridad para el presidente.
Agencias.