La Copa América 2021 se realizará en Brasil desde el 11 de junio hasta el 10 de julio, después de que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) así lo anunciara este lunes 31 de mayo. El anuncio lo confirmó el gobierno de Jair Bolsonaro este martes.
“Copa América confirmada en Brasil. ¡Ganó la coherencia! Brasil que alberga partidos por la Libertadores, Sudamericana, por no hablar de los campeonatos estatales y brasileños, no pudo darle la espalda a un campeonato tradicional como este. Los partidos serán en Matto, Río de Janeiro, Distrito Federal (Brasilia) y Góias, sin público“. Escribió en Twitter el jefe de Gabinete de la Presidencia, el ministro Luiz Ramos.
Fútbol y crisis
Desde el comienzo estaba contemplado hacerla de manera conjunta entre Argentina y Colombia, pero las recientes protestas sociales en la nación gobernada por Iván Duque llevaron al organismo a suspender los juegos programados en ese país, y cargar todo el calendario en Argentina.
Pero la idea de que la nación albiceleste albergara el campeonato en solitario fue un proyecto que también se deshizo en poco tiempo debido a la situación pandémica causada por el covid-9; sin embargo, la decisión de hacerla en Brasil atrajo una ola de críticas en contra del gobierno de Jair Bolsonaro y su aceptación de albergar la justa futbolística en medio de la crisis sanitaria. La situación ha causado medio millón de muertes en el país amazónico.
Sobre las presiones y las críticas, en la noche de este lunes el ministro de la Casa Civil (gabinete de Bolsonaro), Ramos, dijo que la realización del torneo no estaba 100% confirmada. Ahora se sabe que Brasil, el segundo país con más fallecidos y el tercero con más contagios por el covid-19, sí será sede de la justa continental.
Ante lo que algunos tildan como poco entendible, otros aseguran que se trata de una posición meramente política que buscaría beneficiar al gobierno de Bolsonaro. Actores políticos de la oposición brasileña han calificado la realización del evento como un «escándalo» que atenta incluso contra la dignidad del pueblo que sufre los estragos de la pandemia en un país con que ocupa el tercer lugar en el ranking de contagios y afectados por el virus.