Hoy 29 de diciembre, a tan solo unas horas para concluir 2023, el momento es propicio para desear los mejores augurios para el año que se avecina. Sin duda, 2024 se asoma con una complejidad evidente. No hablo solo del proceso electoral que se aproxima en Venezuela, sino también de los comicios presidenciales que se realizarán en Estados Unidos, así como en México, El Salvador, Panamá, República Dominicana y Uruguay. Para completar el complicado panorama, habrá elecciones de gobierno en Rusia, Ucrania, India y Taiwán; y a mediados de año se renovará el Parlamento Europeo.
En pocas palabras, estamos ante un inevitable cambio geopolítico a nivel global. La naturaleza de los países nombrados auguran, repito, un complicadísimo panorama comunicacional e informativo durante todo el año. Por tal razón, desde una columna que intenta poner su granito de arena para el fomento del pensamiento crítico en el ámbito universitario, la defensa de la intelectualidad en resistencia y el rescate de un periodismo profesional de servicio público, por hoy y en tan pocos caracteres, no intentaremos explicar la complejidad de lo que viene, sino pedir, como un deseo de Año Nuevo, que universitarios, intelectuales y periodistas asuman un compromiso sincero con los intereses de las mayorías y no con parcialidades del tipo que sean.
Este llamado responde a la actual, confusa y enrarecida naturaleza de lo político, lo cual requiere de científicos sociales, intelectuales y periodistas al día con las vertientes de pensamiento predominantes en la actualidad. Primero, el avance de un tipo de política que apela estrictamente a la pasión y a la anulación total de la racionalidad, tan importante para las decisiones en el ámbito de lo público. En segundo lugar, el avance de la fascismo y las demás formas de odio social, sea cual sea, lo cual es evidente en EEUU y en varios países de Europa. Y, por último, la explosión de las comunicaciones digitales sin control alguno y que junto a las avanzadas estrategias de marketing político generan un clima virtual, basado en el engaño, la apariencia y la fantasía.
De eso estará lleno el 2024 en todos los procesos informativos electorales a nivel regional y global, para lo cual reiteramos la necesidad de profesionales de la comunicación y la información preparados, críticos y empoderados.
Que así sea…
ANTONIO NÚÑEZ ALDAZORO
Periodista y profesor UCV
ÚN.