¿Cómo van las pretensiones de resucitar la Doctrina Monroe frente a un escenario de elecciones y movilizaciones en América Latina?.
Se trata de resolver la encrucijada de una aparente “guerra fría” ante el desespero del gobierno de EE.UU.; al ver afectada su hegemonía en el continente en plena entrada del siglo XXI.
La situación en países como Chile, Bolivia, Argentina, Ecuador, Colombia y próximamente Venezuela; se mueve en torno a movilizaciones populares y resultados electorales que plantean la vigencia de un proyecto histórico; que con sus matices, resulta incómodo para la Casa Blanca.
Las elecciones en EE.UU. permitirán conocer la política que llevará adelante este país hacia la región.
Entre las opciones se encuentra, continuar por la vía de la violencia y de golpes de Estado de distintas características para imponer gobiernos sumisos; o iniciar un proceso de diálogo con la región ante la inminente resolución de los pueblos latinoamericanos a cambiar el modelo de sociedad.
En este sentido, es necesario destacar que EE.UU. responde a la política de la llamada seguridad hemisférica en la que se plantea el control de la región como un asunto de seguridad nacional.
Sea quien sea el ganador en las elecciones estadounidenses, un poder superior religioso y financiero, define el curso de la política internacional de este imperio en franca decadencia que ha demostrado en los últimos años un fracaso estrepitoso en la geopolítica mundial.
El ascenso de China y su influencia en América Latina son determinantes y EE.UU. está perdiendo esta batalla frente a la búsqueda de un mundo multipolar en el que la región apuesta a ser una zona de influencia con más de cien millones de habitantes y los recursos energéticos más importantes del mundo.
Venezuela en el ojo del huracán
El caso de Venezuela sigue siendo álgido, al ser el país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
El bloqueo contra el corazón de la economía nacional ha buscado torcer el curso de la Revolución Bolivariana y provocar un retroceso en las políticas marcadas por la soberanía e independencia nacional.
De continuar por el camino de la violencia, la unidad del bloque histórico de la Revolución Bolivariana permanecerá en lucha como ha sido demostrado hasta ahora. El pueblo venezolano ha sabido caminar en medio de las adversidades.
El simulacro electoral del 25 de octubre demostró la convicción de defender el voto en el marco de una nueva contienda.
Por otra parte, el congreso del bloque histórico presentó sus propuestas, señalando que el fortalecimiento del poder popular continúa siendo horizonte y fundamento para el avance en los retos que se plantean y para la superación de las consecuencias impuestas por el bloqueo económico y las contradicciones surgidas a su paso.