El comandante del Ejército colombiano, general Eduardo Zapateiro, confirmó que fue expulsado el sargento Juan Carlos Díaz; quien denunció el grupo al que pertenecían los 7 soldados que violaron, el pasado 21 de junio, a una niña indígena de 12 años.
Zapateiro le explicó a la revista Semana que –pese a que el sargento los denunció– «no cumplió con el deber de evitar que los hombres bajo su mando cometieran actos en contra de la ley».
Tal responsabilidad es mayor, máxima cuando era el comandante directo de la unidad a la que pertenecían los implicados.
Denunciar es una obligación, pero prevenir (…) «era su responsabilidad particular»; dijo Zapateiro en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Agregó que «el mando y control significa que, por su cargo; los comandantes deben estar al frente de los procedimientos operacionales normales que ejecuta una unidad».
Asimismo, manifestó que a pesar de que denunció el caso, el oficial «debe controlar, él debe siempre liderar a los hombres bajo su mando».
El ejército publicó comunicado oficial
Zapateiro dijo que si se hubiese hecho el control adecuado a los militares que estaban bajo el mando del sargento, muy seguramente no estarían frente a una noticia tan lamentable.
Asimismo, las autoridades colombianas aseguraron que las medidas administrativas no solo se tomaron en contra del sargento Díaz; sino de otros dos suboficiales, que también tenían superioridad ante los militares investigados por el delito.
Una de las instituciones más desprestigiadas del vecino país
En la columna de opinión de Bibiana Bello, publicada recientemente, la analista indica que el «Ejército Nacional, es la institución más desprestigiada de Colombia»
Según Bello, «Los altos mandos se han encargado de justificar el accionar de sus hombres, soldados que valiéndose de las armas y del mandato que les otorga la constitución política; se han dedicado a cometer crímenes de lesa humanidad; espionaje a periodistas, partidos políticos de oposición, asesinato de campesinos para presentarlos como guerrilleros, y abuso sexual en contra de las niñas que viven en las áreas rurales del país»
Al respecto crece la polémica e indignación dentro y fuera de Colombia tras el reconocimiento hecho por el comandante de las fuerzas militares, de 118 de los uniformados están implicados en abusos sexuales contra menores de edad.
De este total hay aún 73 hombres activos en la institución, «porque las investigaciones en cada caso son distintas y toman tiempo».