Colombia deporta al activista argentino Juan Grabois por considerarle un «riesgo para la seguridad del Estado»

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Colombia deportó al activista argentino Juan Grabois cuando este llegaba como parte de una delegación observadora de DD.HH. para documentar la protesta social y la represión en ese país.

El grupo de 20 integrantes llegó a Bogotá y fue objeto de una revisión de sus documentos con un rigor adicional que los delegados describieron como una forma de intimidación.

La entrada al país tardó más de lo esperado y lo hicieron con un miembro menos: Juan Grabois, quien desde su twitter indicó que la razón para deportarle, fue que el gobierno de Duque le considera “un riesgo para la seguridad del Estado”.

El argentino recordó que esta es la segunda vez en menos de un año que un gobierno autoritario en América Latina obstaculiza el trabajo de observador popular. Durante la dictadura boliviana de Jeanine Áñez también fue objeto de hostigamiento.

“Luego de una serie de agresiones físicas registradas por numerosos testigos y cámaras de seguridad, el gobierno colombiano me expulsa de su territorio escribió Grabois desde su cuenta de twitter.

Adicionalmente expresó que: Me han retenido la documentación y el equipaje. Me suben custodiado a un vuelo a Lima, sin explicación de mi ulterior destino. Son tiempos de cambio para América Latina. Nada va a ser fácil. Pero despertamos. Adiós Colombia ¡Fuerza!”.

La comisión de observadores argentinos viajó hasta Colombia invitados por grupos sociales de ese país.

Duelo de rechazos

La cancillería argentina rechazó la deportación de Grabois a través del ministro de exteriores Felipe Solá, añadiéndose así un nuevo episodio te tensión entre Bogotá y Buenos Aires, luego de que a comienzo de mayo Alberto Fernández lamentara la violencia de la represión policial en Colombia y se sumaba al deseo al “resguardo de los DD.HH. y el cese de una singular violencia institucional que se ha ejercido”.

La versión de las autoridades colombianas es que deportaron a Grabois por presentar vencimiento de su pasaporte, obviando que los ciudadanos argentinos pueden ingresar a ese país con el carnet de identidad o DNI como lo habría hecho el activista.

Adicionalmente la migración del vecino país que faltó al respecto al Oficial de Migración y Supervisor por lo que “fue inadmitido de acuerdo con lo estipulado en el Artículo 2 del decreto 1727 del 21 de diciembre de 2020”.

 

 


 

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