El reciente inicio del año escolar en muchos países, y la posibilidad de retornar a las aulas con clases presenciales ha desatado una verdadera polémica internacional. De una parte hay quienes claman por el regreso de niños, niñas y adolescentes a los centros educativos por la importancia del proceso de socialización. Y, por otro lado, se enciende la alarma de los científicos, dada la posibilidad cierta de los rebrotes, en medio de una pandemia de covid-19, que sigue fuera de control.
En la primera línea podemos ubicar al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien pedía darle prioridad a este asunto, para impedir «una catástrofe generacional». Pues muchos alumnos en el mundo han desertado y se teme que ese problema se siga agudizando. De hecho, se estima que al menos 1 millón de infantes en el mundo se han visto forzados a abandonar el sistema educativo, durante lo que va de pandemia.
Impacto global
Ello haría de esta situación un fenómeno particularmente delicado, puesto que ya antes de la crisis sanitaria por el coronavirus, la educación mundial registraba 250 millones de niños no escolarizados. Asimismo, como consecuencia de la pandemia, al menos 1.600 millones de estudiantes han visto afectados sus procesos educativos.
Pero en el otro frente, se han dejado escuchar posiciones de alarma como las del segundo a bordo en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, para quien la vuelta a clases de forma presencial, «sólo empeorará las cosas en los países con transmisión de covid-19».
Asimismo, para el director de Emergencias Sanitarias de la OMS la convocatoria a clases sólo puede darse en un contexto de máxima bioseguridad. «Todos queremos que los niños vuelvan a clases». Pero es necesario que «ellos y los profesores lo hagan en un marco seguro«, expresó Ryan.
Y, lamentablemente, los hechos han confirmado las preocupaciones de Ryan. En las primeras de cambio, al menos 5 países se han visto obligados a dar marcha atrás. En China, Corea del Sur, Francia, Alemania e Israel, entre otros, han tenido que suspender las clases presenciales, tras pocos días de haber efectuado la convocatoria. La razón: se encendieron las alarmas del rebrote en diversas comunidades.
Experiencias negativas
La primera experiencia negativa se registró en China. Una cadena de contagios de covid-19 en Beijing, a mediados de junio, llevó a las autoridades suspender nuevamente las clases presenciales. Esto, tanto a nivel básico como universitario.
En línea similar, las autoridades de Hong Kong anunciaron nuevamente la suspensión de clases presenciales en los colegios y jardines de infancia. Esto motivado a que el pasado 10 de julio se registraron al menos 30 nuevos casos de coronavirus. Los contagios no estaban directamente asociados a los planteles, pero las autoridades consideraron pertinente resguardar a los niños y jóvenes.
En Corea del sur el regreso a clases en forma presencial tampoco fue una buena idea. Más de 200 colegios fueron nuevamente cerrados, a fines de mayo tras una reapertura que duró apenas días. Se sabe que el 28 de mayo se registró la cifra de contagios más alta en dos meses. Se detectaron 79 personas infectadas. Por ello se retomó el esquema on line.
En total la cifra de escuelas cerradas en Corea del Sur asciende a 522. Principalmente en áreas como Seúl, Gyeonggi, Gwangju, Chungcheong del Sur, Daegu, Jeolla del Sur y Gyeongsang del Norte.
Más suspensiones
En Francia sólo una semana duró el plan de regreso gradual a clases presenciales. El llamado comenzó a mediados de mayo. Pero luego 70 escuelas debieron cerrar por casos de coronavirus. Posteriormente, a fines de junio, también hubo que suspender las clases presenciales en dos colegios de París recién abiertos.
También en Alemania en diversas localidades hubo que suspender las clases presenciales. Fue lo que ocurrió en el Estado de Renania del Norte de Westfalia. Allí su gobernador, Armin Laschet, decretó el pasado 25 de junio nuevas medidas de confinamiento. Todo producto de un rebrote, lo que incluyó el cierre de colegios.
Y más recientemente Israel. La nación rompió su récord de contagios de covid-19 en un día, al registrar 5.500 pacientes positivos. En vista de ello, el gobierno adelantó un día el cierre de colegios. El Estado israelí se encamina hacia un pico en la curva de contagios. A la fecha acumula 175.256 casos positivos. Por eso las autoridades hebreas han decretado una cuarentena total.
Decisión acertada
La evidencia anterior comprueba que la decisión del presidente, Nicolás Maduro, de retomar el inicio del año escolar 2020-2021 a distancia, fue atinada y necesaria. Esto para resguardar la salud de niños, niñas, adolescentes, maestros, maestras, profesores, padres representantes y demás involucrados en el proceso formativo.
También prueba que fue acertado prestar atención a las encuestas realizadas entre madres, padres, representantes y responsables. Dado que más del 80% veía con aprehensión una eventual vuelta a clases bajo el habitual esquema presencial.
¡Educación a Distancia y Segura! Madres, padres, representantes, estudiantes y maestros, haciendo de cada hogar y “Cada Familia Una Escuela” para la formación segura, a través de las plataformas de Teleclases y Clases Online. ¡Venezuela No Se Detiene! pic.twitter.com/fRO1f1hxav
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) September 16, 2020
En la República Bolivariana se ha hecho especial énfasis por mantener e incrementar la matrícula escolar. A la fecha se tiene conocimiento de que existen más de 10 millones de estudiantes, entre los niveles básicos, de primaria, secundaria y educación universitaria.
En el caso de las universidades se adoptará el programa La Universidad en casa, a cargo del ministro de Educación Superior, César Trompiz. El alto funcionario destacó que se seguirá el plan de dotación de canaimitas, para equipar a los estudiantes con las herramientas tecnológicas necesarias para la educación a distancia.
Con respecto a los escolares, el gobierno ha anunciado que mantendrá invariable el Programa de Alimentación Escolar (PAE), mediante el cual se llevarán alimentos ya preparados a más de 7 millones de hogares en todo el país.
A pesar de la pandemia y del agresivo bloqueo financiero aplicado por Estados Unidos, en Venezuela la educación pública, gratuita y de calidad sigue siendo un derecho fundamental consagrado en la Constitución Bolivariana y puesto en práctica, día tras día.
