Este martes, miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no lograron partir de Panamá con destino a Venezuela para concretar una supuesta visita in loco como aceptación a una “invitación” realizada por la ficticia Asamblea venezolana al mando del autoproclamado Juan Guaidó.
La fallida misión estaba encabezada por la presidente de la CIDH, Esmeralda Arosemena, junto a Pablo Abrao, secretario Ejecutivo y Edinson Lanza, relator de Libertad de Expresión.
El programa que había planeado la CIDH con Venezuela, constaba de una agenda preliminar de 5 días, y fue dado a conocer a través de una publicación en su cuenta Twitter.
A la invitación de la @AsambleaVE, la delegación de la @CIDH presidida por @esmeraldatroiti acompañada de @PauloAbrao y @EdisonLanza preve iniciar su visita in loco de 5 dias a #Venezuela. La agenda está focalizada en las victimas de graves violaciones a los #DDHH. #CIDHenVzla? pic.twitter.com/mCxgwvfdOk
— CIDH – IACHR (@CIDH) February 3, 2020
Es importante destacar que la pretendida visita se organizó partiendo de la invitación realizada por Gustavo Tarre Briceño, «supuesto Representante Permanente de Venezuela ante la OEA» designado por la Asamblea Nacional en desacato. Y es que, bajo esa ilegalidad, este pseudo-embajador de Guaidó es reconocido por la Asamblea General de la Organizaciones de los Estados Americanos (OEA). Por tanto, la invitación es tan nula como Tarre mismo dentro de la OEA.
La CIDH informó a través de la red social que «Copa Airlines impidió el abordaje de la delegación de la #CIDH a la puerta del avión en Panamá. Todos con los bording pass en las manos. Informaron que recibieron instrucciones del régimen de #Venezuela de que no estábamos autorizados a ingresar al país».
No obstante, hasta este momento la Compañía Panameña de Aviación (Copa Airlines) no se ha pronunciado oficialmente al respecto.
Lo cierto es que el 27 de abril de 2019 entró en vigencia la denuncia de la Carta de la OEA elevada por el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro, de conformidad con lo establecido en el artículo 143 del instrumento jurídico internacional. En consecuencia, a partir de esa fecha, la República Bolivariana de Venezuela dejó de ser Estado parte del organismo, información contenida en la carta oficial enviada por el canciller venezolano Jorge Arreaza a la CIDH el pasado 27 de Enero.
Esta es la clarificante comunicación enviada a la @CIDH el pasado #27Ene.
Venezuela NO es miembro de la OEA. El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela no ha invitado o aceptado visita de delegación alguna de la CIDH. La visita anunciada en medios NO está autorizada. pic.twitter.com/M3J4z2NubY— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) January 31, 2020
Así, Venezuela, en ejercicio de su soberanía, desconoce y no otorga valor jurídico alguno a las actuaciones desarrolladas ante la OEA y la CIDH por personas que usurpen o pretendan usurpar la representación legítima de nuestro país, conforme a las normas del derecho internacional y de la Constitución venezolana.
Aún con estos basamentos legales por los que la CIDH no puede ingresar a Venezuela, representando “un órgano sin competencia”, y ante su fracasado ingreso al país, el día de hoy nuevamente el organismo se acopla con la oposición venezolano para un nuevo ensayo de injerencia internacional ya que, anunció que se encontrará con las víctimas y familiares de “violaciones de derechos humanos, además de organizaciones de la sociedad civil en la frontera con Colombia”.
Esta nueva reacción de la CIDH reafirma su típico accionar, que ha legitimado y se ha visto directamente vinculada como cómplice en varios Golpes de Estado, además de promover su impunidad.
