Nicaragua, Honduras y El Salvador afrontan la mayor amenaza del huracán Iota, el cual alcanzó la categoría 5 con vientos de 250 kilómetros por hora; mientras se acerca a las costas de Centroamérica.
De acuerdo a la clasificación establecida para este tipo de tormenta, Iota se encuentra en el punto máximo de peligrosidad y pudiera generar consecuencias catastróficas.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) declaró que “se esperan vientos extremos y una marejada ciclónica que amenaza vidas a lo largo de la costa en el noreste de Nicaragua».
Asimismo, se han activado estados de alerta ante las inminentes precipitaciones que pudieras causar inundaciones en diferentes regiones centroamericanas.
Las autoridades competentes en cada uno de los países bajo amenaza tomaron las previsiones necesarias; ante la posibilidad de que el huracán Iota ocasiones la devastación de viviendas. También se preparan para posibles situaciones de aislamiento como consecuencia de los daños a tendidos eléctricos o sistemas de telecomunicaciones.
Igualmente, el Centro Nacional de Huracanes sugirió que, de materializarse el impacto de Iota según las proyecciones en Centroamérica, los cortes de electricidad y la inhabilitación de vías de comunicación se extenderán incluso por varias semanas.
#Internacional
Imágenes del fuerte oleaje tras el paso del huracán #Iota en la Isla de San Andrés. pic.twitter.com/wKOUkzJNT6— TCS Noticias (@tcsnoticias) November 16, 2020
Zona de vulnerabilidad
En días recientes la región centroamericana ya vivió la calamidad que significó el paso de la tormenta Eta, cuyo saldo fue de 261 personas fallecidas en 6 países; además de 2 millones de personas afectadas por las inundaciones.
Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y el sur de México fueron las zonas más afectadas por el fenómeno natural que azotó por varios días; con fuertes vientos e intensas precipitaciones.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través del Programa Mundial de Alimentos advirtió sobre el riesgo que representa el daño causado por las tormentas tropicales y huracanes; en medio de la urgencia que enfrenta la humanidad, ante la pandemia por la covid-19.