La Ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Claudia Blum, renunció; y se convierte en la segunda dimisión en el gabinete de Duque en las últimas 2 semanas.
La salida de Blum refuerza la visión de que las cosas no solo van mal en el país, sino en el gobierno también.
De acuerdo a medios locales, la ahora excanciller se habría reunido el viernes con el presidente. Este le habría cuestionado su poca eficacia diplomática durante el trance de las protestas.
En 12 días, la imagen de Colombia se ha transformado en la de un largo escenario de represión brutal y el lugar en donde se revela una aguda insatisfacción social que ha puesto sobre la mesa otro ejemplo de shock neoliberal.
Claudia Blum era una ministra opaca en el gobierno y quien durante la protesta social se encargó de reforzar en el frente interno la supuesta interferencia subversiva de grupos guerrilleros y de otros países en la protesta social.
No hizo demasiado para salvarle la cara a Colombia, país que sufre su punto más bajo de reputación.
Una diplomática sin diplomacia
En cambio se habría dedicado a publicar mensajes en twitter para desprestigiar a políticos opositores como Gustavo Petro, a quien quiso colocar como un líder poco consecuente con sus propios seguidores y en contra de la protesta popular.
La dimisión de Blum es la siguiente a la renuncia del Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla y el Viceministro. Estos 2 habrían sido los artífices de la Reforma Tributaria que encendió la chispa de la insatisfacción social.
La revista Semana comentó su salida de la Canciller con palabras no muy corteses para alguien que se va. El medio dijo que la exjefa de la diplomacia “se había convertido en una de las funcionarias menos calificadas en La Casa de Nariño; e incluso con poca conexión con el gabinete y la opinión pública, que casi nunca supo en que andaba la diplomacia”.