Henrique Capriles Radonski cargó contra Guaidó pero sin mencionarlo directamente. Lo hizo en una entrevista concedida al diario español El País, en donde dejó servido el hecho inminente de un cambio de estrategia en la oposición: ir a las elecciones regionales.
El 2 veces perdedor en elecciones presidenciales remarcó que las votaciones son la alternativa ideal y más plausible para una oposición que no consiguió nada en casi 3 años de estrategia “maximalista”.
Aseguró que “el todo o nada” no sacó al presidente Maduro pero sí debilitó a la oposición.
Capriles aseguró que la vía para la solución de los problemas en Venezuela es política y que los que ofrecieron una salida de fuerza lo hicieron engañando a la gente, porque según él esa opción nunca estuvo planteada.
“Se le engañó a la gente cuando se le dijo que todas las opciones estaban sobre la mesa. Aquí nunca estuvo planteada una solución de fuerza, pero se alimentó ante la frustración de la gente”, aseguró el político de derecha.
Volver a la razón
Para Capriles la oposición tiene que volver a la realidad, y entender que si bien no reconocen a Maduro, deben admitir que es el que tiene el poder, y solo entendiendo eso se puede emprender un proceso razonable de diálogo.
Además de sugerir un cambio de estrategia radical a una oposición acostumbrada a las extravagancias de la violencia, la entreviste del derechista revela un cambio semántico que es bastante significativo en un debate adornado por los adjetivos negativos.
Nunca dijo dictadura. No se irritó la garganta diciendo régimen, y mencionó al chavismo como una realidad política sin prejuicios despectivos.
Adicionalmente le concedió moderación política al presidente Maduro, a quien siempre caricaturizan como un autócrata engolosinado con los excesos del poder.
“Yo creo que Maduro tiene gente alrededor que le demanda soluciones económicas y sociales. Por eso él hace gestos que pueden empezar a abrir las puertas de una discusión sobre un acuerdo, una solución política, que permita ir recuperando la democracia”, expresó Capriles.
Adicionalmente reconoció que el nombramiento del nuevo CNE cambió el panorama del juego, y que este poder electoral sería «el menos malo» de los últimos 22 años.
Por culpa de Trump
El opositor reconoció que no se iba en la dirección correcta, y despejó que una de las razones que contribuyen a corregir ese error es la salida de Trump del gobierno de los EE.UU.
“Nadie quería confrontar la política de Trump. A mí como venezolano dentro de Venezuela, su gestión no significó nada; solo le funcionó a Trump para ganar políticamente en Florida”, dijo el dirigente político.
Dependencia internacional
Casi como una marca de origen común de todos los opositores, Capriles tiene una dependencia excesiva en la “Comunidad Internacional” y en especial con “Europa”.
Al viejo continente le pidió que vinieran a observar las elecciones de noviembre como una forma de darles credibilidad y legitimidad; como si la legalidad de la decisión que tomen los venezolanos dependiera de los europeos.
Se trata de una expresión que revela una dependencia política y moral, una contradicción con los amagues soberanos que quiso gambetear cuando dijo que “EE.UU. no decide quién tiene el poder, lo decidimos los venezolanos”.