El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, nuevamente ha arremetido contra quien pudiera ser su contrincante en unas próximas elecciones, Luiz Inácio Lula da Silva; pero también ha cargado contra Venezuela y Argentina, sin mencionar la grave situación que enfrenta su país.
Desde un municipio del estado de Maranhao, Bolsonaro hizo una referencia indirecta sobre Lula, señalando que “un ladrón quiere ser candidato”.
Estas declaraciones las hace en mención a la intención de Da Silva a ser candidato a la Presidencia de Brasil para las elecciones de octubre de 2022; las mismas en que el ultraderechista quiere apostar a la reelección.
Indirectamente el mandatario brasileño llama ladrón a Lula, sin embargo, en abril de este año el Supremo Tribunal Federal (STF) confirmó el fallo que anuló las condenas en su contra por corrupción y lavado de activos.
Por otra parte, Bolsonaro mencionó a Venezuela y a Argentina, asegurando que en ambas naciones hicieron elecciones equivocadas para elegir a sus presidentes.
«Vean lo que pasa en el mundo. Saben que una mala elección puede llevar al pueblo a la desgracia», expresó.
A lo que mencionó que esa decisión dependerá de lo que elija el pueblo brasileño en 2022, cuando también serán designados nuevos gobernadores.
Aunque Bolsonaro se mostró muy preocupado por la situación que viven otros países; durante su discurso no mencionó nada de la crisis de salud y hambre que enfrenta Brasil, por las medidas neoliberales que ha implementado y por su irresponsabilidad en el manejo la pandemia.
Brasil ya se ubica en casi los 445 mil muertos por covid-19 e incluso algunos especialistas alertan que podría enfrentar una nueva ola de contagios.
A esto se suma, que hace dos días confirmaron sus primeros casos de la variante india, específicamente en el estado de Maranhao, hecho que ni mencionó en su discurso.
Tan malo ha sido su trato con la pandemia que la Comisión de Investigación del Senado sobre el coronavirus lo está investigando por obstrucción a la adquisición de vacunas y la escasez de suministros médicos básicos, como el oxígeno.
El país suramericano desde hace meses tiene en su territorio las variantes británica, sudafricana y la amazónica de la covid-9.
A pesar de su tono arrogante y seguro de sí, Bolsonaro no consigue disimular que su Gobierno se viene abajo y que su popularidad en caída libre. Según Datafolha, en el último sondeo de mayo, solo el 24% de los brasileños aprobaba su mandato, un 6% menos que en marzo. Es el peor dato desde su elección. Además, el 45% de los encuestados considera su Gobierno malo o pésimo.
