Este domingo, Benjamin Netanyahu dejó de ser primer ministro de Israel después de que el Parlamento aprobara la formación de un nuevo gobierno por 60 votos a favor y 59 en contra.
Tras 12 años gobernando, Netanyahu estuvo al frente de cinco mandatos, algo sin precedentes: de 1996 a 1999 la primera vez, y luego de forma continua de 2009 a 2021.
De esta manera, el nacionalista de derecha Naftali Bennett se juramentó como primer ministro luego de acordar compartir el poder con el centrista Yair Lapid. En este sentido, según el acuerdo de coalición, Bennett -líder del partido Yamina- ocupará el cargo hasta septiembre de 2023. Entregará el cargo a Lapid -jefe del partido Yesh Atid- por otros dos años. Sin embargo, el nuevo denominado «Gobierno del cambio» en Israel, agrupará a ocho partidos.
Tras unas elecciones estropeadas Bennett, se comprometió a «abrir un nuevo capítulo» en las relaciones con la población árabe israelí, que por primera vez será representada en el gobierno por un partido independiente, el islamista Raam, y se comprometió a mejorar la seguridad, la educación y el acceso a vivienda de esa minoría.
Agresión contra Palestina continuará
Por otra parte, no hubo diferencias con Netanyahu en el discurso contra Palestina. “El conflicto persiste, nuestros enemigos amenazan la existencia del estado de Israel. Si Hamás vuelve a lanzar misiles, les golpearemos con dureza”, señaló.
Los ataques sobre Palestina ponen de relieve la barbaridad de Israel en contra de un pueblo al que sólo le han dejado la alternativa de la resistencia violenta, y sobre la que han hecho la respuesta más asimétrica en mucho tiempo.
Cabe recordar que, Netanyahu convocó a elecciones en abril de 2019, pero no logró obtener el apoyo suficiente para formar un nuevo gobierno de coalición. Posteriormente siguieron dos elecciones más, cada una finalizando de manera inconclusa. Entonces, en la tercera elección se escogió un gobierno de unidad nacional donde Netanyahu acordó compartir el poder con el entonces líder opositor Benny Gantz. Pero el acuerdo colapsó en diciembre, lo que provocó una cuarta elección en marzo de este año.