La Universidad Central de Venezuela (UCV) vuelve a ser tendencia, no por sus aportes al desarrollo de la nación, sino por un nuevo escándalo en su gestión. Hecho que se suma a la larga lista de denuncias de corrupción, malversación y omisión contra su rectora, Cecilia García Arocha, quien insiste en escudarse en la autonomía universitaria, para no rendir cuentas.
En esta oportunidad, la constituyente María Alejandra Díaz, denunció la aprobación de los ajustes, en consejo universitario, de las «primas de responsabilidad», a las autoridades de la principal casa de estudios del país. Beneficio válido y necesario, pero que relega las demandas del personal docente, obrero y administrativo.
“Cara e palo”
Esta nueva jugada, rompe el discurso de insuficiencia presupuestaria enarbolando por las autoridades universitarias y ratifica la autonomía financiera y administrativa de la institución educativa.
Por otro lado, queda en evidencia la indolencia y falta de voluntad de Cecilia García Arocha, para mejorar las condiciones de los trabajadores. En este punto, vale recordar, que el pasado mes de mayo, el mismo consejo universitario que hoy beneficia a una minoría, negó el uso de los recursos del Fondo de Jubilaciones y Pensiones del Personal Docente y de Investigación de la Universidad Central de Venezuela (FONJUCV), para la seguridad social del profesorado de esta casa de estudios.
Dimes y diretes
La filtración de la información «confidencial» fue atribuida a la profesora de la Facultad de Medicina, Flor María Carneiro, quien a través de su cuenta en la red social Twitter, comenzó un debate sobre sobre el monto aproximado de las «primas de responsabilidad» y las condiciones salariales del resto del personal de la casa estudios.
Desde finales de octubre de 2019, me siento abrumada, defraudada e indignada con todo esto. Para mí es imperdonable la destrucción de los valores académicos y la meritocracia universitaria, para beneficio de unos cuantos, de los que ocupan circunstancialmente cargos!! Ya basta!!
— Flor Maria Carneiro Muziotti (@furma180) June 11, 2020
La respuesta del vicerrectorado administrativo llegó en un comunicado, en el que se califica de «nefasta» a la docente titular. En el mismo, no muestran la tabla de ajustes, prueba que serviría para desmentir la información; por el contrario, defienden la confidencialidad de esos «ajustes».
Comunicado del @VRAD_UCV en atención a los reiterados e infundados y falsos señalamientos de la profesora de la Facultad de Medicina, Flor María Carneiro acerca de los montos de las primas de responsabilidad por gestión directiva del personal docente en funciones directivas. pic.twitter.com/LRkDrgX5f8
— Cecilia Garcia-Arocha (@GarciaArochaC) June 11, 2020
Autonomía selectiva
El alcance y los límites de la autonomía universitaria en Venezuela es un debate candente que está lejos de concluir. Por un lado, porque los intereses político partidistas de las autoridades de las universidades autónomas nublan cualquier discusión; y por otro lado, porque los recursos obtenidos de las actividades de fomento en estas casas de estudio son el secreto mejor guardado.
La autonomía universitaria, logro histórico del movimiento estudiantil, pensado para el libre desarrollo de la academia y sus actividades inherentes, se ha reducido en Venezuela al capricho y las posiciones ideológicas de las autoridades. De modo que han quedado convertidos estos espacios en una especie de Estado paralelo. Situación que pone en riesgo la calidad de la educación y la edifica como un nuevo nicho para la corrupción.