La polémica sigue rondando a la figura de Juan Guaidó, quien ha decidido arreciar las presiones contra el pueblo de Venezuela, en plena pandemia por covid-19. En esta oportunidad, el autoproclamado pidió a los migrantes venezolanos que grabaran videos mostrando sus precarias condiciones vida, para usarlos en una nueva campaña de recolección de fondos.
La “Conferencia Internacional” que funcionará como una especie de “evento de caridad”, usará los testimonios de los migrantes venezolanos para sensibilizar a los “donantes”. Esta reunión se llevará a cabo el próximo martes 26 de mayo.
La migración masiva, promovida y auspiciada por sectores de la derecha nacional e internacional, vuelve al centro de la crítica. Luego que miles de venezolanos fueran abandonados y humillados por los gobiernos aliados del diputado de La Guaira y que éste no respondiera a los pedidos de ayuda, a pesar de haber recibido varios millones de dólares para tal fin.
El colmo
El gobierno de Nicolás Maduro implementa un plan de repatriación de miles de venezolanos, que ya asciende los 45 mil connacionales. Mientras, la “dirigencia” opositora insiste en usar a los migrantes como bandera para conseguir financiamiento. Hasta la fecha, se desconoce el destino de los distintos fondos otorgados por EE.UU. y la Unión Europea.
Por su parte, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) encabezadas por personas cercanas a Juan Guaidó, continúan abultando sus cuentas bancarias, sin ninguna acción concreta que alivie la situación.
La gran estafa
El mito sobre el éxito del neoliberalismo se desmorona, al demostrarse que este modelo, no puede garantizar la vida.
Los países latinoamericanos que también recibieron cuantiosas sumas de dinero por apoyar la aventura golpista de Juan Guaidó. Evidenciaron la ineficiencia de sus sistemas de salud y protección social, dejando a la deriva no sólo a la población migrante, sino a los más pobres de sus propios países.
Este nuevo de intento de Guaidó de volver a victimizar a la población migrante, tiene doble propósito. Por un lado busca opacar los esfuerzos del gobierno Bolivariano que atiende el fenómeno inédito de migración inversa y por otro lado significa seguir buscando nuevas fuentes de financiamiento para sus planes desestabilizadores.