El septuagésimo quinto aniversario de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha marcado la agudización de las contradicciones entre dos modelos contrapuestos, pero también ha incrementado los riesgos de un futuro incierto, para una humanidad bajo amenaza.
Luego de 7 décadas y media de haber derrotado la oscuridad del fascismo, el ser humano se encuentra lejos de un escenario de paz, estabilidad y desarrollo sustentable. Al contrario, los desequilibrios de este sistema de acumulación, amenazan seriamente la viabilidad de la especie humana. Los riesgos se hacen cada vez más peligrosos en el plano militar, ecológico, político y ahora también sanitario.
“Virus chino“
A la cabeza de este modelo que ya luce desvencijado aparecen los Estados Unidos, con un mandatario arrogante y supremacista, como Donald Trump. Este personaje lejos de estar a la altura del compromiso histórico, se reafirma en una postura irresponsable.
Prueba de ello fue el discurso emitido por Trump a través de videoconferencia en el foro de la ONU. El dignatario estadounidense, en lugar de abogar por el multilateralismo, la solidaridad y la complementación, que exige la crisis generada por la covid-19, abrió fuegos con más fuerza que nunca contra la República Popular de China. Intentó estigmatizar a la nación asiática con acusaciones infundadas acerca de su supuesta responsabilidad por la aparición del coronavirus.
En ese sentido Trump afirmó que nos encontramos frente a una “gran lucha global”, pero esta vez contra un enemigo invisible: “el virus chino”, que según destacó ha costado “incontables vidas”.
El mandatario estadounidense también aseveró que su nación distribuirá una vacuna y la humanidad logrará vencer al virus, hasta acabar con la pandemia. Entonces, según dijo, iniciará una nueva era de prosperidad.
“Mientras perseguimos este futuro brillante, debemos hacer rendir cuentas al país que desató esta plaga, China”, señaló el Ejecutivo estadounidense. También acusó al gigante asiático, así como a la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ocultar información estratégica sobre el virus.
The best of the best
Asimismo, Trump se reafirmó en su postura de supremacismo norteamericano, expresada en el lema de “EE.UU. primero“, que en inglés sería algo así como: “We are the best of the best“. Por ello aseguró, que la cooperación no se puede dar así sin más. “Sólo cuando un país cuida a sus ciudadanos, encuentra una base para la cooperación”.
La realidad de interna de EE.UU. dista mucho de ser un modelo a seguir. En el manejo de la pandemia de covid-19 los resultados han sido desastrosos. Por varios meses consecutivos, esa nación se ha mantenido como el epicentro de la pandemia con una explosión incontrolada de casos.
La respuesta del gobierno de Trump al principio fue el negacionismo, ahora ha variado un poco la postura. Pero en un modelo capitalista a ultranza, el alto costo de la salud ha sido letal para millones, que no pueden acceder ni a tratamiento, ni a pruebas de despistaje.
Lo que quiere decir que si alguien debe rendir cuentas ante su propio país, por el desastre de la covid-19, se llama Donald Trump. En los EE.UU se han registrado 6.937.145 pacientes infectados y se han producido 201.959 fallecimientos.
Aliados de la región
Destacan en esta visión de soberbia y arrogancia otros países del continente americano, que han acudido a la Asamblea General de la ONU sin un agenda propia y con ideas direccionadas desde Washington. Fue el caso bochornoso de, Iván Duque, presidente colombiano, cuyo país solicitó investigar a Venezuela por crímenes de lesa humanidad, cuando su gestión representa a un Estado fallido, secuestrado por el narcotráfico y el paramilitarismo.
A lo escándalos de la narcopolítica colombiana, se suman las masacres contra población civil, así como la brutal represión policial contra las protestas ciudadanas. Pero como Colombia sigue a pies juntillas la receta de desregulación y flexibilización total frente al gran capital, goza siempre del visto bueno de Washington.
Algo similar ocurrió con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, “líder” de un Estado sumergido en una profunda crisis social. Piñera acudió al foro de la ONU a repetir exactamente el mismo discurso de hace 2 años.
Para estos representantes del esquema neoliberal nada tiene que cambiar, los pueblos deben seguir ajustándose a las condiciones de miseria y hambre, mientras las transnacionales obtienen cada vez mayores ganancias.
Multilateralismo y dignidad
En la otra acera destaca una postura como la de China, Rusia, Irán, Cuba y Venezuela, entre muchos otros. Todas estas naciones proponen, (con sus variantes, claro está), como fórmula de acción: la solidaridad, la complementación, el multilateralismo y el respeto pleno a la soberanía, así como la autodeterminación de los pueblos.
El cuerpo diplomático chino, en cabeza de su máximo representante, el presidente de esa nación, Xi Jinping, aseveró que sólo por medio de la solidaridad, se podrá superar el desafío de la pandemia de covid-19 y los demás retos que encara la humanidad.
A este respecto, China denunció el “unilateralismo” y el “bullying” de EE.UU. También negó las “acusaciones sin ningún fundamento”. El presidente Xi Jinping aseveró que el coronavirus será derrotado y “la humanidad vencerá esta batalla“. No obstante, para ello será clave una respuesta internacional liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Hay que rechazar cualquier intento de politizar este asunto y estigmatizar“, advirtió el líder chino. Además, aseguró que su país es amante de la paz mundial y no va a mantener ningún tipo de guerra, “ni fría ni caliente“. Esto en clara alusión al superado esquema del mundo bipolar y las décadas de guerra fría entre la antigua URSS y los EE.UU.
El máximo líder del gigante asiático aseveró que China, una vez lograda la vacuna contra la covid-19, colocará la terapia de inmunización a disposición de la humanidad como un bien público global. Adicionalmente, el gobierno chino mantiene su compromiso de aportar 2 mil millones de dólares, al servicio del desarrollo agrícola, la lucha contra la pobreza y el desarrollo de los países con más carencias, entre otros.
Vacuna rusa para todos
En una línea similar, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, expresó que las investigaciones rusas en la búsqueda de una vacuna contra la covid-19 se colocarán al servicio de la humanidad.
“Estamos dispuestos a compartir nuestra experiencia y seguir interactuando con todos los países y estructuras internacionales y a suministrar a otras naciones la vacuna rusa, que ha demostrado su confiabilidad, seguridad y eficacia”, explicó Putin.
Igualmente, el mandatario ruso destacó que proporcionará dosis para “la vacunación voluntaria, gratuita de los empleados” de Naciones Unidas.
Entretanto, las autoridades iraníes al igual que las venezolanas, denunciaron las mal llamadas sanciones impuestas unilateralmente por Estados Unidos contra la nación persa y la república bolivariana de Venezuela, justo en medio de la pandemia global de covid-19.
El presidente iraní, Hassan Rouhani, aseveró ante la Asamblea General que enfrentan a la covid-19, en el marco de “las sanciones más duras de la historia”. De acuerdo con el dignatario esto supone una “flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, los acuerdos internacionales y la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad”.
Agresivos y corruptos
Por su parte, Cuba defendió su modelo de gestión frente a la covid-19 así como su ayuda solidaria con un “ejército” de batas blancas, brindando apoyo en distintas naciones, como Italia y Venezuela, entre muchas otras. También se cuestionaron las políticas del bloqueo norteamericano.
“Hablamos de un régimen marcadamente agresivo y moralmente corrupto, que desprecia y ataca al multilateralismo. Emplea el chantaje financiero en su relación con las agencias del sistema de Naciones Unidas y con una prepotencia nunca antes vista se retira de la Organización Mundial de la Salud, de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos”, sostuvo el presidente cubano Miguel Díaz Canel.
Igualmente, en su intervención, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, planteó la creación de un fondo rotatorio de compras públicas en el sistema de Naciones Unidas. Esto para garantizar acceso a alimentos y medicamentos financiados con recursos públicos. Con ello se busca permitir a los países bloqueados, que adquieran lo necesario para garantizar los derechos fundamentales de sus respectivas poblaciones.
Como se ve de un lado surgen propuestas y posiciones colectivistas, que ponen el acento en la atención del ser humano como cambio paradigmático. Y por otro la arrogancia, el egoísmo y la soberbia se enseñorean. ¿Quién puede dudar que la humanidad está bajo amenaza y el futuro se muestra incierto?
