América Latina y el Caribe sigue siendo el epicentro de la pandemia no sólo con el mayor número de contagios, sino también con el de fallecidos.
Con 7.410.449 casos en la región, la enfermedad parece estacionada en nuestros países; diezmando miles de vidas y también las frágiles economías, las cuales sufren una de las peores contracciones de su historia.
El saldo de contagios equivale a poco más de una cuarte parte de todos los casos en el mundo. Hasta este miércoles el planeta ya redondea los 26 millones de infectados.
En el renglón de los fallecidos, América Latina y el Caribe totalizan 280.093 casos, siendo Brasil el que más aporta a esta estadística con 122 mil víctimas, una población que es casi 2 veces el Estadio Maracaná y la segunda cifra de muertos más alta en la lista por países.
Letalidad peruana
En este cuadro de la pandemia también destaca un dato relevante y es que Perú, una de las 10 naciones con más víctimas de la pandemia, es trágicamente el primero en la lista de letalidad; es decir, en la cuenta de fallecidos por cada millón de habitantes.
El débil sistema de salud pública, la pobreza, el hacinamiento y la informalidad son una de las razones que potencian la posibilidad de morir de covid-19 en Perú respecto a otros países; pero ante este panorama lamentable, el gobierno de Vizcarra hincha el pecho diciendo que ese hallazgo es el resultado de tener el mejor sistema de registro de decesos.
Como en todo el planeta, la región probó la contención de la pandemia con medidas de cuarentena, pero esta no fue una decisión sencilla. Algunos demoraron peligrosamente en ordenar el confinamiento, y otros hicieron de todo para sabotearla, como Jair Bolsonaro en Brasil, quien con su negación de la enfermedad llegó a ser apuntado como una amenaza igual de dañina que el virus.
No todo es malo
Mientras tanto países como Venezuela y Cuba actuaron a tiempo; por lo que en comparación al resto de sus vecinos tienen números moderados de contagios y muertes.
Este mejor manejo de la crisis ha sido invisibilizado en los medios internacionales y en el ámbito político, quienes deliberadamente no mencionan a Venezuela sino para sugerir futuros desastres con una enfermedad que hasta ahora no tiene los ribetes trágicos de Brasil o Perú, ni tampoco la magnitud dantesca de Guayaquil en Ecuador, con muertos tirados en las calles.
