Adecos vs. adecos: ¿División o estrategia de supervivencia?

La reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de suspender la junta directiva del partido Acción Democrática (AD) “enfrenta” a los adecos. Esta es otra prueba fehaciente de las contradicciones internas de la tolda blanca, que sin un liderazgo e incapaz de dirimir sus conflictos a puerta cerrada, se vieron obligados a acudir a un árbitro.

Lo que resulta insólito en este nuevo conflicto, es que la dirigencia de AD, pretenda achacar la responsabilidad de su división al chavismo, cuando la historia de ese partido es en sí misma una trama marcada por la traición y la división.

Cuento viejo

1958: Una de las divisiones más importantes sufridas por AD, la encabezaron los jóvenes radicales, asqueados por el sistema de partidos (Puntofijismo). El nacimiento del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) marcaría un hito en la resistencia organizada, luego que este movimiento encabezara la lucha armada.

1963: Raúl Ramos Giménez, al no lograr posicionarse de cara a las elecciones presidenciales de 1963, decide separarse y conformar el Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN)

1968: La más significativa división ocurriría con la salida de Luis Beltrán Prieto Figueroa y Jesús Ángel Paz Galarraga, a quienes se les arrebató la candidatura presidencial. El nacimiento del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) lograría la división del voto, facilitando la derrota adeca y el triunfo de Rafael Caldera (COPEI)

1970: Esta década marcada por el liderazgo de Carlos Andrés Pérez (CAP), permitió el surgimiento de corrientes internas, siendo la más notoria la encabezada por Luis Piñerúa Ordáz que mantuvo en la mira a CAP.

1997: La salida de CAP del poder era inminente, la vinculación con hechos de corrupción no aguantaba un día más. AD “cierra” la puerta al culpable de su peor crisis de credibilidad. El momento fue aprovechado por CAP para fundar el Movimiento de Apertura y Participación Nacional, plataforma con la que salió derrotado en las elecciones parlamentarias de 1998.

1998: Este año correspondería al exalcalde de Caracas, Claudio Fermín. Expulsado del partido, conforma la organización Encuentro Nacional, con la que presentó su candidatura presidencial, la cual declinó por falta de apoyo popular.

2000: Antonio Ledezma también pateo la mesa, dando nacimiento al partido Alianza Bravo Pueblo (ABP) que aglutinó el ala conservadora de AD.

2007: Otros sectores se alejaron, enfrentados directamente con el secretario general, Henry Ramos Allup. Conformando organizaciones de alcance datadas entre las que destaca el partido Un Nuevo Tiempo (UNT) cuya principal fuerza estaba en el estado Zulia, pero logró tener alcance nacional.

De allí en adelante los militantes de AD han desfilado de forma acomodadiza por diversos partidos. Cómo es el caso de Liliana Hernández y Alfonzo Marquina, pasaron  ABP, UNT y Primero Justicia (PJ) respectivamente.

¿División o estrategia de sobrevivencia?

AD es sinónimo de todo menos de unidad. Su actual secretario general, ha estado sospechosamente vinculado a varios momentos de crisis en los que el partido se ha depurado de los que resultan “incómodos”, acusado de “zorro” en la política nacional. Por negociar y llegar hasta las últimas consecuencias para sobrevivir en su posición.

El actual escenario de la oposición venezolana deja mucho que desear. La posibilidad de desaparecer del tablero político tras la negativa de participar en un proceso de elecciones, es un costo alto para un partido “tradicional”. Ramos Allup ya en el 2017 contrariaba las decisiones de la mesa de la unidad, logrando 5 gobernaciones contra todo pronóstico.

Razón por la que sectores de la oposición dieron a conocer su desconfianza. ¿Será está otra jugada estratégica de Ramos Allup?

 


 

David Hernández: