Desde temprano este sábado, los usuarios en redes sociales reportaron fallas en los servicios de telefonía de Movistar y Digitel.
En el caso de la transnacional española en nuestro país, la interrupción de sus operaciones se debería a “un doble corte de fibra óptica” que afectaría “los servicios de voz y datos en el occidente del país”.
Mientras tanto, Digitel no ha ofrecido detalles de la falla en su sistema. Los usuarios de la operadora han resentido en las redes que la compañía no haya ofrecido hasta ahora una versión.
Maracaibo sería una de las ciudades más afectadas por la falta de servicio de Movistar.
Este doble corte en la fibra óptica de la empresa española, si tomamos en cuenta la versión de la compañía; no es un accidente sino una acción deliberada para interrumpir las comunicaciones en una parte del país.
¿Casualidad?
Para parte de Venezuela, un país con los nervios entrenados por los sobresaltos nada casuales, ya empiezan a juntar esta “falla” como parte de una fórmula de guerra sucia que incluye apagones generales, voladuras de oleoductos y operaciones osadas del hampa organizada en Caracas.
La comunicación es un renglón sensible y estratégico; y al mismo tiempo un servicio golpeado por fallas cotidianas que hace concluir a unos venezolanos no tan suspicaces que este incidente corresponde a la patética normalidad de nuestros servicios.
Lo que sí es cierto es que una fibra óptica no se corta por accidente y menos 2 veces al mismo tiempo. Y tampoco es casual que 2 operadoras, Movistar y Digitel, fallen a la misma vez.
Y al mismo tiempo no está de sobra la malicia criolla para sacar la cuenta de que este “accidente”, en medio de una operación militar en defensa de la soberanía en la frontera, es un acto de sabotaje en el marco de una guerra invisible y sucia.