El exrepresentante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, culpó al dirigente de oposición, Henrique Capriles Radonski, de haber dividido a la derecha venezolana; razón que se suma a los motivos del fracaso contra el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro.
Durante una entrevista que concedió a la periodista radicada en Miami, Carla Angola, el aliado de Donald Trump, desestimó la actuación de Capriles en momentos cuando la Casa Blanca aceleró sus planes para derrocar al mandatario bolivariano.
«Soy crítico», dijo Abrams para referirse a la «estrategia» de Henrique Capriles Radonski como vocero de la derecha. También recordó que cuando asumió como representante del gobierno estadounidense para Venezuela, pese a todos los pronósticos, los sectores de oposición permanecieron unidos desde 2019 hasta mitad de 2020.
«Capriles decidió romper esa unión. Creo que él debilitó a la oposición y cometió un error al hacer eso», aseveró Abrams.
Por esta razón, reiteró que mientras Washington apoyó y reconoció a Guaidó como «presidente interino» de Venezuela, los demás movimientos políticos del G$ permanecieron unidos, pero la excepción fue Henrique Capriles.
El plan del Norte
Por otra parte, Abrams admitió que en otros países de América Latina han logrado los cambios de régimen, porque todo el proceso dependía exclusivamente de Estados Unidos. «Pero Venezuela tiene a Rusia, China, Cuba, Irán y Turquía», añadió.
«Nosotros hicimos un plan de transición estadounidense que planteaba un gobierno de coalición y amnistía; con una representación de los militares en ese gobierno», dijo el exfuncionario del gobierno de Donald Trump.
Sobre la mesa de diálogo que se desarrolla en México, Abrams aclaró que las sanciones siguen en pie y que la llegada de Joe Biden no implica que terminó la presión mediante medidas coercitivas unilaterales. Pero señaló que la dirigencia opositora venezolana decidió negociar y ver «qué pasa» en las venideras elecciones.
A juicio de Abrams, la derecha observó que Trump nunca intervino militarmente el país, que Biden nunca lo haría; tampoco pudieron levantar a los militares venezolanos ni llevar a millones de personas a las calles. Así que decidieron «que la mejor es ver qué pueden hacer en la política».
Asimismo, añadió que la gestión de Joe Biden no participa directamente en el diálogo por que no quieren convertir en proceso en una «guerra fría» ante Moscú. «Es un error, si los rusos están dispuestos a sentarse con Maduro, EE.UU. debería estar dispuesto a dar completo apoyo a la oposición venezolana», sentenció.