Este viernes comenzó la cuenta regresiva de Shinzo Abe como Primer Ministro de Japón. El gobernante nipón confirmó este 28 de agosto que decidió renunciar al cargo por culpa de su salud.
Con este anuncio, Abe pone término a la gestión más larga de un premier en su país con 2.799 días consecutivos en el asiento de jefe de gobierno.
El funcionario permanecerá en el cargo hasta que se decida quién será su sucesor, el cual se especula en medios locales sea también un dirigente de su partido, el Liberal-Demócrata.
La razón de salud que obliga a Abe a dimitir es un viejo mal que le vuelve a jugar en contra de su carrera política. Ya en 2007, durante su primera estadía en el cargo de Primer Ministro, también se vio obligado a renunciar por una “colitis ulcerativa”, que es una enfermedad intestinal inflamatoria crónica.
Final anticipado
Abe, de 65 años, parece terminar así definitivamente su trayectoria pública, la cual cierra con una salida anticipada al cargo que debía completar en septiembre del próximo año.
El premier japonés pidió disculpas a sus compatriotas por no poder al menos llegar al final de su período; una decisión que coincide con la crisis global del coronavirus y las dificultades económicas como consecuencia de la pandemia, que también los dejó sin Juegos Olímpicos en 2020.
Con el anuncio de renuncia, Abe cierra una trama de especulaciones sobre su salud y continuidad en el cargo que surgieron luego de que se supieran de 2 visitas al médico en una semana.
Los rumores sobre la salud del Primer Ministro alcanzaron niveles de preocupación una vez que se supo que una de las visitas que hizo al hospital duró 8 horas.
La primera reacción de los funcionarios del gobierno de Abe fue desmentir las especulaciones, e incluso aseguraron que estaría bien para terminar su mandato.
Acerca de las especulaciones de quién será el relevo de Abe, el todavía Primer Ministro se ha negado a sugerir un sucesor; zanjando la inquietud con la prudencia de decir que todos los nombres que se mencionan en público tienen la virtud de ser competentes.
