Algunos rumores lo han puesto al borde de la agonía en estos días, pero lo cierto es que Putin goza de muy buena salud; desde el Kremlin desmienten que el presidente ruso tenga alguna enfermedad grave, y reiteraron más bien que el mandatario está muy sano.
El vocero de la presidencia, Dimitri Peskov también despejó que el mandatario no tiene pensado dimitir.
“Saben, no hay mucho que comentar aquí. Es una tontería. El presidente está bien… Su salud es excelente”, respondió Peskov sobre las versiones de medios occidentales de que Putin está enfermo.
Medios de Inglaterra especulan incluso que la hipotética enfermedad de Putin sería Parkinson.
Y sobre la pregunta de si el presidente ruso piensa renunciar, su respuesta fue breve pero inequívoca: “No”.
De acuerdo al medio ruso Sputnik, estas versiones en torno a Putin se potenciaron una vez que en la Duma (el parlamento ruso) se presentara una ley que permitiría a los expresidentes convertirse en senadores vitalicios.
Adicionalmente publica el medio eslavo que en noviembre dos representantes del partido de Putin habrían presentado la propuesta de extender la inmunidad de los expresidentes.
La costumbre de desmentir
Los rumores en torno al presidente ruso son vistos como maniobras de ataque a su país por parte de naciones adversarias; y en este momento en que los EE.UU. son el centro de la atención por su errático sistema electoral, la versión se antoja como una maniobra para desviar el interés de donde realmente hay problemas.
Además de tener que asegurar que Putin está bien, Rusia también tiene que sortear las acusaciones de injerencia en países de Europa occidental o en los mismos EE.UU.
Para 2016, las autoridades estadounidenses habían elaborado la trama de la “conspiración rusa” para intervenir en la elección presidencial en la que resultó electo Donald Trump.
El actual mandatario ruso es uno de los líderes más influyentes en la actualidad geopolítica y un contrapeso determinante para dar al traste con planes expansionistas de Washington en el Medio Oriente, e incluso en Europa Oriental, como es el caso de Bielorrusia.
