China anunció este lunes sanciones contra varias empresas armamentistas estadounidenses por estar involucradas en la operación de venta de armas a la isla de Taiwán.
Al mismo tiempo que Beijing mencionaba estas medidas, exigió a Washington echarse atrás con esta maniobra que considera una injerencia en los asuntos internos del país asiático.
China reclama la soberanía de Taiwán, un territorio que desde 1971 la mayoría de los países de las Naciones Unidas reconocen como parte inalienable de la soberanía de Beijing.
Las empresas estadounidenses en la lista de sancionados por el gobierno chino son: Boeing, Lockheed Martin y Raytheon.
La operación de venta de armas a Taiwán, según reseñan medios internacionales, habría sido de unos 1.800 millones de dólares.
Crear conflicto
Esta venta de armas no es un procedimiento acordado y cerrado recientemente ya que forma parte de un plan anticipado por el Pentágono desde 2019 que contemplaba el suministro de armas a la provincia rebelde de Taiwán.
Sobre el alcance, la forma o magnitud de las sanciones chinas, el vocero de la cancillería Zhao Lijian no dio detalles; pero sí remarcó que estas medidas son una respuesta necesaria para proteger los intereses del país.
Pero las sanciones contra las 3 empresas armamentistas norteamericanas no serán las únicas en la mira de China; ya que contempla también incluir a otros individuos vinculados con la operación que se aprobó la semana pasada.
Un problema viejo
Las fricciones de China y EE.UU. en Taiwán no son nuevas. Forman parte de sus tradicionales desencuentros, los cuales se han visto potenciados desde la hostilidad de La Casa Blanca.
La administración de Trump ha mostrado una especial virulencia contra el gobierno chino, declarándoles una guerra comercial y persecución de sus empresas en el mundo.
Al mismo tiempo el presidente estadounidense ha probado posicionar un clima general de desconfianza hacia china, culpándoles de la pandemia, llamando al covid-19 como “virus chino”.
