El 16 de septiembre de 1976, un grupo de estudiantes de la Unión de Estudiantes (UES) y de la Juventud guevarista; fueron víctimas de secuestro por parte de la Policía de Buenos Aires, durante los primeros años de la dictadura. Este hecho quedó plasmado en la historia como “La noche de los lápices”.
Las víctimas eran jóvenes adolescentes, quienes fueron asesinados luego de ser sometidos a distintas clases de torturas en los centros clandestinos de Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5ª, 8ª y 9ª de La Plata y 3ª de Valentín Alsina, en Lanús, entre otros.
Entre las víctimas se encontraban: Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler; de los cuales sobrevivieron 4.
Su delito: formar parte de una organización de militancia, la “Unión de Estudiantes Secundarios”, peronistas de izquierda y de la juventud guevarista; desde las que participaron en movilizaciones para exigir el Boleto Estudiantil Secundario.
«La Noche de los Lápices quedó como un ícono muy fuerte en la impronta de los jóvenes; es una fecha para conmemorar a los cientos de chicos que fueron desaparecidos, torturados o que sufrieron cárcel o exilio; violaciones de los derechos por ilusiones propias de su edad”, señala Emilce Moler.
En mayo de 1998, fue establecido por ley en conmemoración de “La noche de los lápices”, celebrar cada 16 de septiembre el “Día de los Derechos del Estudiante Secundario” en Argentina.
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