La política venezolana de los últimos tiempos siempre se ha caracterizado por avanzar a un ritmo vertiginoso. Quizás por eso se vean giros tan drásticos, especialmente entre voceros y activistas de oposición. Un ejemplo claro de esta circunstancia es la encuestadora Datanálisis y sus directivos, quienes hace apenas un mes eran duros críticos del abstencionismo y hoy en cambio alimentan veladamente la opción de no participar.
Como recordaba la escritora y columnista, Carola Chávez, comenzando el mes de agosto el presidente de la mencionada empresa, Luis Vicente León, abría fuego contra la opción de no votar, con una metáfora poco usual.
Luisvi sabe que La Guaira es lejos pic.twitter.com/SBItP0QsAr
— Carola Chávez ? (@tongorocho) August 10, 2020
No obstante, de unos días para acá, León ha experimentado un cambio repentino. Especialmente, luego que Henrique Capriles Radonski, se desmarcara definitivamente del guaidosismo, y manifestara su decisión de convocar a la gente a votar. Ahora, León recurre a figuras un tanto enrevesadas que, curiosamente a sabiendas o no, llevan agua al molino de la no participación.
¿Puede la abstención producir el cambio? Sin explicar que acción creíble harán después, la probabilidad es cero. ¿Puede hacerlo el voto en una elección sesgada? Sin convencer a las masas, ni producir acuerdos sólidos que muevan electores de manera masiva, la probabilidad es nula
— Luis Vicente Leon (@luisvicenteleon) September 8, 2020
Jugando a la abstención
Recientemente, otro alto directivo de esta empresa de medición de opinión, José Antonio Gil Yépez, «proyectaba» un escenario de alta abstención para las parlamentarias del 6 de diciembre. El vocero empresarial aseguraba que la ausencia de electores podría ubicarse entre 75 y 85%.
Y siguiendo la línea de su compañero en Datanálisis, León emitió recientemente declaraciones donde alega que aún con cambios en las condiciones electorales, la participación no superará el 40%. La realidad es que la jugada de Capriles ha dejado desconcertadas a las fuerzas radicales de oposición.
Por eso desesperadamente, se ataca al proceso comicial alegando excusas varias, como que: no hay suficientes garantías y por eso debe haber observación internacional; que no hay tiempo suficiente para que esa observación se dé en términos satisfactorios. Y que la pandemia de covid-19 entorpecerá el normal desenvolvimiento del evento comicial.
El denominador de común de estos análisis, a medias, es que quieren abonar el terreno para que consolide la matriz de que hay que postergar las elecciones. La oposición necesita con urgencia ganar tiempo para reacomodarse. Luego de tantos años horadando la institucionalidad del voto, no tienen argumentos para movilizar a las masas en torno a las urnas electorales.
León está consciente de que la oposición enfrenta este desafío «completamente fracturada». Sin embargo, otras mediciones indican completamente lo contrario de la tesis de León y compañía. De acuerdo con los sondeos de estas firmas, la población mayoritariamente desea votar, para superar las diferencias en forma democrática.