El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le ha tomado el gusto de meterse con la prensa de su país. Este lunes le dijo a los corresponsales que le cubren en Brasilia que “son unos débiles que tienen más chance de morir por el coronavirus”.
El mandatario derechista acusó a los reporteros que “solo saben usar sus bolígrafos con malicia”; un reproche con el que generaliza al trabajo del periodismo brasileño, el cual ha puesto el foco en una investigación por corrupción que involucra a su esposa y a su hijo Flavio Bolsonaro.
El presidente brasileño, contradictoriamente a la subestimación que hiciera en un principio de la pandemia comparándola con una “gripecita”; esta vez se refirió a la enfermedad como una amenaza grave que no podrían resistir los reporteros si se contagiaran de ella.
Esta insinuación de la debilidad de los periodistas la lanzó Bolsonaro luego que les recriminó las burlas que hicieron a su historia de atleta en el ejército; una fortaleza física que según él le salvó de la pandemia.
Dos duelos en dos días
Este duelo del mandatario derechista con los periodistas es el segundo en dos días. Este domingo amenazó a un reportero de “O Globo” con romperle la boca a golpes, luego que le preguntó por los depósitos ilegales a las cuentas de la Primera Dama, Michelle Bolsonaro, por parte de un exasesor de su hijo Flavio.
El medio para el que trabaja el periodista amenazado por Bolsonaro le respondió al mandatario que el reportero solo cumplía con su trabajo de preguntar.
Al mismo tiempo la compañía mediática le recordó al presidente que su obligación como funcionario público es responder a las inquietudes que envuelven a su gestión; y no ejercer ese gusto por el enfrentamiento.
En paralelo a los escándalos de la familia Bolsonaro y las amenazas del Presidente, Brasil sigue abrumada por la pandemia. Esa nación es la segunda con más contagios y fallecidos en el mundo.
